22 diciembre 2006

Gerbos

Los gerbos tienen ángulos de visión
de trescientos sesenta grados. Sus ojos
negros son ojos completamente negros,
además de espejos.

21 diciembre 2006

Estados Unidos, esa gran plantación

Tras leer esta noticia, cualquiera pensaría que Estados Unidos es una inmensa plantación de marihuana [casualmente, poco antes de ver esta noticia había colgado el post anterior]:

(...) Un estudio elaborado por un equipo defensor del uso terapéutico de la marihuana revela que el cultivo de esta droga en el territorio de Estados Unidos alcanza anualmente los 35.000 millones de dólares (26.500 millones de euros), siendo el más rentable por encima del de maíz y el trigo combinados. (...)

Según el análisis de la coalición, la marihuana es el cultivo más rentable en 12 estados del país, uno de los tres que genera más dinero en 30 estados y uno de los cinco primeros en 39 estados.

El cultivo en Alabama supera al de algodón, mientras que en Californa es mayor que el de las uvas, los vegetales y el heno combinados, indica el estudio.

En Georgia superaría al cultivo de cacahuetes y en Carolina del Sur y Carolina del Norte es más grande que el del tabaco (...).

Welcome to Tijuana

Publicas un libro y te leen cuatro gatos.
Escribes en un blog y algún gato te lee en Tijuana.

Welcome to Tijuana,
tequila, sexo y marihuana...

20 diciembre 2006

Sexo barroco

El sexo barroco es una nevo amolidad de cúpalo. El nemta se usricta, desfóliase en la almangiva edus adama, obraiendo y obraiendo pretivantemente las puercontas del pectóvalo. Después, móncale sus cedoluengas sustenrañas y duérmele clonospleguies diesúsporos. Temifalnen, el nemta siseflenda oxtlapetronde, edus adasima masi. Sinarbemgo, nesímpreo el coito lelúsbila para rozar el fondo y absorver el tóncatoc, el picomta inpecado.

19 diciembre 2006

Bécquer

A ese hombre se le caía el ritmo de los bolsillos cada vez que metía la mano, ya fuese para sacar un pañuelo y limpiarse las lágrimas o para sacar una moneda y comprarse un retrato.

Sus estornudos siempre corrían el riesgo de ser penta, sexa, hepta, deca o endecasílabos, y asonantes, por más que sonaran y sonaran sus narices.

No había esquina que no redondease sus perfiles al verlo aproximarse. Hinchaban sus rectas siluetas de yeso, como nubes con forma de globo aerostático, para que el ritmo rebotase en ellas con la energía del aire incendiado.

Los gatos de su barrio lo miraban de refilón, sin recelos, esperando ver salir de entre sus labios la palabra 'barro', conjugada en segunda persona, y aunque nunca lo vieron, no por ello dejaron de soñar con una tumba, sin memoria y sin nombre, rodeada de ortigas y de flores sin pétalos.

Ingravidez

La justicia no tiene ya balanzas

en sus manos. Tan sólo unos grilletes

que abre y cierra el parné.

18 diciembre 2006

La Muerte

La Muerte,
a veces,
como muchas cosas de este mundo,
tiene un precio.

Pero La Muerte,
a veces,
como muchas cosas del otro,
es gratis.

15 diciembre 2006

Violencia de género

Una manzana (sustantivo de género femenino) cayó al suelo (sustantivo de género masculino) y advirtió, en el preciso momento de macarse, que ella, ¡una manzana!, era de género femenino, pero que ‘femenino’ es de género masculino, y que ‘masculino’ es un adjetivo (y ‘adjetivo’ es un sustantivo de género masculino) y, simultáneamente, una palabra (sustantivo de género femenino).

En este razonamiento manzanil estaba inmersa cuando una gallina (animal hembra, y sustantivo de género femenino) comenzó a picotear su piel y sus carnes, e incluso tuvo la osadía de empezar a tragarse sus huesos. La manzana, lógicamente, no podía hacer nada, dada su condición vegetal, pero cayó en la cuenta de que ella (pronombre femenino) no era ni macho ni hembra, sino una simple manzana, un sustantivo de género femenino, picoteada y devorada por una gallina, que sí que era hembra, además de ser un sustantivo de género femenino, y todo ello a pesar de que ‘sustantivo’ sea, a su vez, un sustantivo de género masculino.

Es más: poco antes de morir ingerida por la gallina, la manzana pensó que ‘género’ es un sustantivo de género masculino, y que la única forma de salir del género masculino era considerarse, no ya sustantivo, sino palabra. Sin embargo, aún así, volvía a lo mismo: que ‘palabra’ es un sustantivo de género femenino, y que tanto ‘sustantivo’ como ‘femenino’ son un sustantivo y un adjetivo de género masculino.

En un último intento por salvarse, pensó que, además de ser manzana, era el fruto (sustantivo de género masculino) de una planta (sustantivo de género femenino), pero se desesperó al tener en cuenta que la planta de la que procedía era un manzano, con lo que volvía al masculino, por más que un manzano no fuera ni macho ni hembra.

Pero, ¿por qué quería la manzana llegar a la conclusión de que era femenina? Ella pensaba que, si fuese femenina, la gallina no se la podría comer porque los animales comen alimentos, sustantivo plural de género masculino. De todas formas, poco antes de que su último trozo de carne fuese engullido por el pico de la gallina, pensó que no tenía escapatoria: que los animales, además de alimentos, comen comida, sustantivo de género femenino. Estaba condenada.

P.D.1: Para dar algo de alivio al lector agónico, hemos de decir que nuestra manzana, dentro de lo que cabe, tuvo suerte, pues uno de sus huesos se le cayó a la gallina del pico y fue a parar a una acequia próxima, en cuya orilla izquierda se puede contemplar hoy un gran manzano repleto de manzanas.

P.D.2: Para dar algo de alivio al lector cruel, hemos de añadir que alrededor del manzano siempre hay alguna gallina revoloteando.

11 diciembre 2006

Rigodón

Él roe. Duerme, come, roe. Roe y roe y roe. Sus días son roer, dormir, tal vez soñar, pero siempre roer y roer, y rorroer.

Rigodón vive con Janis en la pecera de serrín. En el primer intento de hacerlos convivir, allá por julio, Janis -de dos o tres meses- hirió a Rigodón -que era muy pequeño, apenas una cría-. Pero ahora Rigodón es casi tan grande como Janis.

Ellos me dijeron que querían estar juntos. Me lo dijeron oliéndose. Janis vivía en la pecera y Rigodón en una jaula. Eran vecinos que, al principio, no se hacían mucho caso. Pero Rigodón creció y empezó a desprender un olor que atrajo o abdujo o sedujo a Janis y desde entonces se pasaban los días frente a frente, separados por un cristal y unas rejas. Oliéndose. Mirándose.

El día que empezaron a vivir los dos en la pecera de serrín hubo que vigilar los posibles ataques de Janis a Rigodón, para evitar una posible masacre. No pasó nada y de momento siguen bien los dos, excavando, oliéndose, escarbando, oliéndose, haciendo galerías, túneles, pasadizos subserrináceos, oliéndose, royendo palos de madera, oliéndose, royendo rollos de cartón, comiendo, durmiendo, royendo, oliéndose.

06 diciembre 2006

Herejías de protesta

Ante esta escultura de una niña embarazada crucificada hay varias actitudes:

a) Vaya un hereje el autor. Tendrían que quemarlo.

b) Está guapa.

c) Joder, tronco. Agüita, que es tanto como decir impactante, auténtica, contundente, cáustica, mordaz, incisiva. Ahí, ahí: dándole caña a la Igle$ia. Vaya cabrones: no utilicéis condones, que son pecado, dicen. Y los chavales que no tienen otras vías de información (léase: niños de países del que llaman Tercer Mundo) follan sin condón, y las chavalas se quedan preñadas. Eso si tienen suerte y no se contagian enfermedades de transmisión sexual, como el SIDA, que los mata, y bien muertos, como el RAID CRUZ VERDE EFICACIA PROBADA.

Yes, I know my enemies.
They are the teachers who taught me to fight me:
Compromise, conformity, assimilation, submission,
Ignorance, hypocrisy, brutality, the elite.
All of which are American dreams
All of which are American dreams
All of which are American dreams
All of which are American dreams
All of which are American dreams
All of which are American dreams
All of which
are American dreams

Visita de La Benemérita a 'El burdel del delirio'

Romance de la Guardia Civil española

Los caballos negros son.
Las herraduras son negras
.
Sobre las capas relucen
manchas de tinta y de cera.
Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.

Con el alma de charol
vienen por la carretera.

Jorobados y nocturnos,
por donde animan ordenan
silencios de goma oscura

y miedos de fina arena.

Pasan, si quieren pasar,
y ocultan en la cabeza

una vaga astronomía

de pistolas inconcretas.

(...)

Avanzan de dos en fondo
a la ciudad de la fiesta.
Un rumor de siemprevivas
invade las cartucheras.
Avanzan de dos en fondo.
Doble nocturno de tela.
El cielo, se les antoja,
una vitrina de espuelas.

(...)

Pero la Guardia Civil
avanza sembrando hogueras,
donde joven y desnuda
la imaginación se quema.

(...)

05 diciembre 2006

¿Y se hizo hombre?

Yo.- Mi amigo Pedro es de esos que dices:

.- ¡Pero qué burro! ¡Qué bestia...!

Yo.- No se corta un duro, y cuando está pensando algo lo dice antes de terminar de pensarlo y, claro, la palabra se le anticipa al pensamiento y por la boca como los peces muere. Pero eso es algo que a él no le preocupa lo más mínimo:

Pedro.- Acho, que me la suda.

Yo.- Eso es, exactamente, lo que dice. Y a veces, como Ben, a pesar de su olor a alcohol y de algún babeo ocasional, dice cosas muy interesantes. El otro día estábamos hablando de religión porque yo saqué el tema, sabiendo que a él ni le va ni le viene ni le fue ni le vino, como tantas otras cosas; bueno, en realidad como todas las cosas salvo los amigos, las mujeres, su coche y su plestesion. Total, que de pronto me suelta:

Pedro.- Que Dios no se hizo hombre.

Yo.- Pero Pedro, en la mitología cristiana, o sea, según la Biblia, sí se hizo hombre...

Pedro.- ¡Que no, coño! A ver, ¿Jesucristo folló?

Yo.- Hombre, según la versión ortodoxa, no; según los evangelios apócrifos puede que se lo hiciese con María Magdalena.

Pedro.- ¿La versión qué? ¿Los evangelios qué?

Yo.- La versión ortodoxa es... la oficial, para que me entiendas. Los evangelios apócrifos son los que la Iglesia ha desechado, apartado, censurado, interpretado como falsos, mentiras. ¿Has visto La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese?

Pedro.- No.

Yo.- Pues ahí sí que se tira a María Magdalena.

Pedro.- Pues ahí sí se hizo hombre. Pero si no, ná de ná: se murió virgen como su vieja.

Yo.- Pedro, en la Edad Media te hubieran quemaó más pronto...

[Partida de culo.
Cae el
Telón]

01 diciembre 2006

Converse 10 – Foot Locker 0

Contaba el otro día que a mi amigo no le quisieron cambiar en Foot Locker unas zapatillas que se compró y que eran defectuosas (se rajaron tras 60 horas de uso). Los de Foot Locker no hicieron bien su trabajo, de modo que, al menos para mí, están sentenciados y no me compraré nada en esas tiendas.

Sin embargo, soy una puta máquina. Ya que había escrito ese post tan largo, lo reutilicé para escribirles un e-mail a los de Converse. Mi amigo se lo envió. Le respondieron que ellos no tenían nada que ver con los de Foot Locker y que lo único que podían hacer era que les enviase las zapatillas para que su equipo técnico comprobase si efectivamente se trataba de un defecto de fabricación, en cuyo caso le enviarían otras zapatillas, pero de otro color porque ya no les quedaban de las negras.

Converse 10 – Foot Locker 0

He aquí las zapatillas:


Janis

Él roe. Duerme, come, roe. Roe y roe y roe y roe. Sus días no son, como los nuestros, de veinticuatro horas. Janis se despierta, olisquea, come, roe, mira y se vuelve a dormir después de haber estado despierto diez minutos, tres cuartos de hora o tres horas.

Puede dormir quince minutos, media hora o tres horas. Se despierta y olisquea, come, observa, corretea, escarba, bebe y vuelve a dormirse.

Puede dormir cinco minutos, cincuenta, dos horas o cinco. Se despierta y olisquea, come, bebe, corretea, excava túneles, galerías, arriba, abajo, se le desploma el serrín y vuelve a hacer otra galería, come, roe, roe, duerme.

Puede dormir tres cuartos de hora, diez minutos o tres horas. Se despierta y vuelve a empezar.

En una de esas en que está despierto (si está durmiendo es mejor no despertarlo porque se mosquea y, si le das el coñazo cuando duerme, te clava sus dos diminutos dientes superiores afilados como cuchillas), lo cojo y se pasea por mis manos, mis brazos, mis hombros, mi espalda, se pone de pie sobre mi brazo y olisquea, observa, se aferra con sus uñas, se asoma al precipicio y sopesa el salto. Salta como un canguro y cae sobre la cama, se pone en pie, olisquea, divisa y corretea olisqueando todo lo que encuentra. Lo cojo y lo devuelvo a su pecera de serrín, donde escarba, roe madera, roe cartón, roe piñas, roe su nombre.

Y los días se le pasan royendo y royendo y rorroyendo.