31 marzo 2008

Al final del túnel




Cómo ser

Cómo ser luz, y cómo ser poesía.

Quizá morir convierta mi esqueleto
en polvo luminoso y refulgente
y leer y soñar hagan de mi alma
un compendio de magia y de poemas.

Si la muerte, el sueño y la lectura
me salvan de la ruina, no me brindan,
sin embargo, la luz ni la poesía,
que duermen en la blanca madrugada
de tus ojos, en la isla de naufragios
que circunda tu cuerpo y tus palabras.


Congestión múltiple

Tengo una congestión de dos tríos de narices. Los ríos de ectoplasma que fluían bajo la ciudad de los Cazafantasmas son diminutos afluentes comparados con las cataratas que emanan de mi nariz. Este constipado cósmico que me asedia demuestra que soy un pozo podrido sin fondo. ¿De dónde, si no, tantas secreciones?

No obstante, en todo esto hay algo mágico, algo inexplicable. Con todos los humores que me han salido por la nariz, yo debería estar completamente consumido, ser apenas esqueleto recubierto de piel, puro espectro apenas palpable, apenas visible, pero aquí sigo, completo y segregando. Y hasta cuándo.


30 marzo 2008

Imperdible

Me gustan los imperdibles. Me parece imperdonable perder un imperdible. Y sin embargo se pierden. Yo he perdido algún imperdible. Miento: he perdido muchos imperdibles. Nunca me lo he perdonado. Miento: una vez me lo perdoné, pero perdí el perdón que me había dado, de modo que vivo con el perdón perdido.

Los imperdibles que me quedaban los guardé en una caja, pero en una de las mudanzas que hice perdí la caja, y perdí los imperdibles. Además, perdí el perdón que había perdido, pues había guardado la pérdida del perdón en la caja, prendida a los imperdibles para que no se perdiera. Perdido todo, no tengo nada más y nada menos que lo que tenía antes de tener imperdibles.

Me gustan los imperdibles. Y me gusta perderlos. Y tú me pierdes.

29 marzo 2008

Tos

Cada vez que toso me sale un coro de toros por la boca, corriendo en estampida y mugiendo en do mayor sostenido.

Este hecho no tendría mayor importancia si no fuera porque los toros, en su huída, van dejando, a lo largo de las paredes de mi garganta, clavados todos sus cuernos.

Nadación

Desboco bocanadas de humo
Ululo bocas de nada
Humo a bocanadas
Nado abocado a la nada
Ululo humo
Ahumo la nada con mi boca
Mi boca de humo
Mi boca de nada

Cómo liarse un cigarro

Ante la multitud de visitas que llegan por aquí buscando cómo se lía un cigarro, he aquí un video ilustrativo:


28 marzo 2008

Amerizaje y extinción

Amerizan en tus labios
las hélices de mis manos.
Se precipitan mis anclas
por tu profunda ensenada
para que no me separen
las corrientes oceánicas
de tus abrazos salados.

Quiero ser agua tan pura
que se evapore al tocarte.
Quiero lloverte mis ansias
y que tus ansias me arrastren
sobre tu cuerpo erizado,
y que me arrasen tus besos
bajo tus ojos sonámbulos.

Me despeño como luz
sobre tus labios calados
y me sumerjo en tu boca,
y me ahogo, y me refracto.
Me derribo y soy suicidio
perpetuo y descabellado:
agonizo si me tiemblas,
me extingo bajo tus manos.


Poética del dolor

El escritor no puede leer sus textos con la pureza y con la virginidad de cualquier otro lector.

Hazlo tú mismo

[Monólogo dramático]

Ufffff... Si es que no te puedes fiar de nadie, joder, ya me lo decía mi padre, que si quieres las cosas bien hechas las hagas tú mismo, porque cuánto inútil hay por ahí suelto, mira que no saber ni doblarlo bien... Uffff... Cómo se acerca, a qué velocidad se me viene encima, Dios... Tranquilízate, tranquílate, tranqui, tronco... Uffff... Por lo menos voy a disfrutar de esto, es como si estuviese haciendo puenting, así que relájate y no pienses en quién ha sido el hijo de puta que ha doblado el paracaídas, porque quizá descubras que has sido tú mismo, gilipollas.

27 marzo 2008

Logicabundo

Si alguien que está furioso es alguien furibundo, alguien muy pensativo es alguien cogitabundo y alguien que medita es alguien meditabundo, ¿alguien que tiene náuseas es alguien nauseabundo?

25 marzo 2008

Sociedad más allá del Himalaya

Haciendo zapping mientras veía 59 segundos en La1 me he encontrado en Antena3 un reportaje sobre gente adinerada, perdón, sobre gente educada, y esto lo entenderás enseguida, lector maleducado. Mi zapeo ha coincidido con la aparición de una tal Carmen, muy conocida en la alta sociedad madrileña, una sociedad tan alta que ni los de Al filo de lo imposible vislumbraron la cumbre. Carmen dice que nunca ha ido en chándal y que espera no tener que hacerlo nunca, o sea, jamás. Dice que eso de hablar de ricos no le gusta, que es una cuestión de educación y de tener servicio, o sea, de gente que te limpie los zapatos, te haga la cama y te caliente el vaso de leche, si es que los ricos, perdón, los educados toman leche, que no lo sé: a mí que me registren, porque yo no tengo educación, aunque ahora ya sé que para ser educado no puedo ir en chándal ni fregar los platos [nota mental: tengo que decirle a mi madre y a las de mis amigos que son unas maleducadas. Tú también puedes decírselo a la tuya].

Decía que dice Carmen que no es riqueza, sino educación, y que en su familia se le ha enseñado a comer y a comportarse. Que hay quien tiene millones “y es un patán”: aquí se le notaba que estaba pensando en alguien, y posiblemente se ha quedado con las ganas de dar unos cuantos nombres. Que la riqueza, perdón, la educación no es una cuestión de dinero, sino “de genes y de raza”, pero esto último, lo de los genes y la raza, lo ha dicho en un tono descendente, como si se le hubiera escapado, pero como tiene una educación exquisita apenas se le ha notado y no ha intentado corregir su opinión sobre la superioridad racial, aunque como no ha especificado damos por supuesto que se refería a la raza azul, la de los pitufos, pues qué duda cabe de su superioridad.

Carmen es una mujer de raza blanca y cara pintada, tiene dos brazos y dos manos y, en principio, y salvo que se demuestre lo contrario, suponemos que tiene un total de veinte dedos. Además, tiene una mandíbula para masticar la comida que le prepara y le sirve, nunca en platos de Carrefour, el servicio, pues ahí y en el color de la piel y en el código de los genes reside la educación.

Luego ha salido otra señora que dice que hay que beber mirando hacia abajo, y tres o cuatro señoras que dicen que es un lujo tomarse un té en una taza de Versace, conocido alfarero de Totana.

Luego me ha dado un poco de asco (qué maleducado que soy) y he cambiado a La1.

Tengo muchas cosas que decir...

I can't remember now

24 marzo 2008

Jerba civilizada

Mi jerba Dana, entre otras muchas habilidades, tiene la de llamarme para que le abra la puerta de su jaula. Cuando está harta de su encierro, empieza a piar como los pájaros: emite su sonido agudo similar al de una sucesión de íes, algo así:

-Ííííí ííí ííí íííííí íííí ííííííííí ííí íiíí í í í íííí.

Estas palabras jerbiles van acompañadas de una kinésica inconfundible: en pie, junto a la puerta de su jaula, con el morro metido entre los barrotes, mirándome. Si no le hago caso corretea un poco por la ruleta para hacer más ruido y llamar mi atención. Corretea y se para, asoma la cabeza y me mira. Si no le hago caso vuelve a darle a la ruleta, pero si me levanto... Si me levanto supone que voy a abrirle la puerta y se baja de la ruleta para situarse junto a la puerta.

La he grabado con la cámara: le he hecho piar, pero su sonido es tan agudo que el micrófono de la cámara no lo capta.

Al principio, cada vez que le abría la puerta de la jaula correteaba un poco por encima de la jaula de Janis y Rigodón, para enseguida saltar al mueble y, de ahí, al suelo. Sin embargo, cada vez que se tiraba al suelo la cogía y la devolvía a su jaula. Repetida esta operación un número inconcreto de veces, ha aprendido que si se tira al suelo se le acaba la diversión. Ahora la puedo tener con la puerta de la jaula abierta un montón de horas. Cuando se cansa de estar por encima de la jaula de los jerbos y de dar vueltas alrededor de la suya, se mete en su casa. Una jerba civilizada, sin duda.

Se me olvidaba: cuando quiere salir y no le hago caso se pone a dar vueltas en la ruleta como una posesa, armando un escándalo considerable. Y no para hasta que le abro la puerta. Es como un niño pequeño que se pone a llorar y no para hasta que consigue lo que quiere.

Iluminarse


Iluminarte es irte
y quedarte, es salirte
y adentrarte, es vestirte
y desnudarte.

Iluminarte es partirte
y estarte, es hervirte
y apagarte, es fundirte
y disgregarte.

Iluminarte es reírte
y sollozarte, abrirte
y encerrarte, pervertirte
y purificarte.

Iluminarte es salirte
y reintegrarte, rugirte
y callarte, erigirte
y derrumbarte.

Iluminarte es parirte
y enterrarte, es nutrirte
y pasar hambre y morirte
y resucitarte.

23 marzo 2008

El anuncio de All Bran: remake del tópico

¿Habéis visto el anuncio de All Bran? Ése en el que un tipo le dice a una señorita que tiene una mala hostia que no puede con ella y que atiende al público tras una ventanilla:

— Tú lo que necesitas es All Bran.

Este anuncio, evidentemente, es un remake del tópico:

— Tú lo que necesitas es que te follen bien.

¿O no?

Cuarto trastero y pirómanos en Cieza

Anoche fuimos a Cieza porque había, a las 22:30 h., un concierto de Cuarto trastero, un grupo formado por tres músicos excepcionales que tocan dos instrumentos de cuerda y uno de percusión. Una guitarra, un bajo y una batería que pusieron los pelos de punta a la gente que tuvo la suerte de estar allí, en una simple cafetería con nombre de isla caribeña y de reminiscencias de anuncio de licor en blanco y negro con puntos suspensivos rojos... Este grupo es un clásico de Cieza cuyos miembros se reúnen de vez en cuando para dar algún concierto, disfrutar ellos y hacer disfrutar a los espectadores.

Los Cuarto trastero incendiaron el ambiente con las notas que salían de sus lanzallamas musicales. Hicieron unas versiones alucinantes de Charlie Parker, Jaco Pastorius, Led Zeppelin... Pura música, sin voz. Fueron casi dos horas de concierto, que se vio interrumpido porque la policía vino a decir que los vecinos se quejaban... Tiene cojones que esto pase un sábado cuando las procesiones están dando por saco en las calles con sus tambores... De todas formas, como en los pueblos se conoce todo el mundo, la policía se enrolló y dejó casi una hora más de música, hasta alrededor de la una de la mañana. Yo creo que hasta los policías querían quedarse a verlos tocar, porque fue, sinceramente, la caña; de hecho, las dos veces que fueron se quedaron unos minutos mirando y escuchando. Un concierto íntimo en el que podías ver cómo los dedos de los músicos nadaban sobre sus respectivos instrumentos.

Las notas se estiraron como el tiempo y se mezclaron como los ingredientes que los alquimistas utilizan para detenerlo. Cualquiera diría que la guitarra y el bajo estuvieron dos horas manteniendo una conversación que sólo podían comprender los pelos de nuestro cuerpo, que asentían erizándose.

Después del concierto, cuando regresábamos, nos cruzamos con otro incendio, pero no musical: unos contenedores ardiendo al lado de la Gran Vía ciezana, un incendio provocado por algún retrasado mental.










22 marzo 2008

¿Qué puedes hacer...?

...always on your back...

Plantar un árbol en La Torre de la Horadada

Esta historia ocurrió hace más o menos unos quince años. En aquellos tiempos los veranos eran muy largos, porque empezaban a final de junio y acaban a mediados de septiembre, así que había tiempo para aburrirse y para pensar en cómo matar el aburrimiento.

Una tarde de julio vimos un árbol de unos ocho o nueve metros tirado en un solar, pues por entonces en La Torre había muchísimos solares en los que, cuando éramos más pequeños, hacíamos cabañas. El árbol llevaría allí varias semanas: seco, sin ninguna hoja, con sus ramas desoladas.

No sé a quién de nosotros se le ocurrió la idea de coger el árbol y plantarlo en la playa, pero fue una de esas grandes ideas que pasan a los anales de nuestras historias. Dedicamos el resto de la tarde a planear la estrategia...

Alrededor de la una de la madrugada comenzamos la ejecución de nuestro plan. Transportamos el árbol desde el solar hasta la playa que está entre las de El Gato y La Lombriz. Cavamos un agujero enorme en la arena: hicimos un hoyo de un metro y medio de profundidad. Nos turnamos para cavar y para ir a los solares más cercanos en busca de piedras, piedras grandes, enormes.

No sé si tardamos un par de horas o algo más en hacer el agujero y en reunir un número suficiente de piedras. Una vez ejecutada la parte más ardua del plan, llegó el final, la apoteosis: metimos el árbol en el agujero y, mientras dos o tres de nosotros lo sujetaban para que no se torciese, el resto fue echando las piedras para garantizar una buena sujeción. Hecho esto, sólo restaba tapar el agujero y las piedras con parte de la arena que habíamos sacado.

Mientras nos fumábamos unos pitillos, contemplamos, a la luz de la luna, la gran obra maestra que acabábamos de realizar: en medio de la arena de la playa acababa de crecer un árbol de unos siete metros.

*

Por la mañana, lo primero que hicimos fue ir a ver, a la luz del día, nuestra obra. Nos asomamos a la playa y...., qué decepción. El árbol no estaba, y tan solo hacía unas horas que lo habíamos plantado.

Ese día no tuvimos ni una sola buena palabra para el hombre que se dedicaba a limpiar, a las siete o a las ocho de la mañana, las playas con el tractor, pero qué cara se le quedaría al ver aquel árbol solitario y seco apuntando al cielo...

*
Puede que me falle la memoria, porque los recuerdos se me enredan en la mente. Al principio pensé que el árbol era el que un vecino había cortado de su jardín porque las raíces le estaban levantando el suelo, pero ese árbol no podía ser porque estaba fresco, y el que nosotros plantamos no tenía ni una hoja. No encuentro entre mis recuerdos el que me pueda decir si el árbol no duró más de unas horas en la playa o si, por el contrario, llegó a pasar un día plantado en la arena. Les preguntaré a mis cómplices...

20 marzo 2008

¿Por qué llueve en Semana Santa?

Hay una larga tradición de lluvias durante la Semana Santa. Los cielos, hasta entonces despejados y radiantes, se tornan grisáceos, se colapsan de nubes y bañan con sus aguas las tierras de la Península, impidiendo que salgan algunas de las procesiones que tanto tiempo han invertido en preparar sus ostentosos pasos: los cristos crucificados, las vírgenes inmaculadas, los fastuosos romanos y las almas del purgatorio tienen que quedarse en las iglesias para evitar que se mojen sus cuerpos engalanados.

¿Pero por qué llueve en Semana Santa? Cuando llueve agua del cielo, también llueven lágrimas de los ojos de mucha gente, apenada por no poder ver el desfile de sus cristos, santos, y vírgenes favoritos.

¿Pero por qué, Señor, permites que llueva en Semana Santa? ¿Acaso castigas a los idólatras que adoran esculturas en cuya fabricación y vestimentas han gastado tal cantidad de monedas que bastaría para alimentar a muchos de los hambrientos que pueblan la Tierra?

Las imágenes de Cristo se multiplican por las calles de España; las de la Virgen se elevan a la enésima potencia; y cuántos santos, y cuántos romanos, y cuántas cruces, y cuántos latigazos.

Yo os prohibí postraros ante las imágenes y las esculturas de lo que hay arriba en los cielos y abajo en la tierra, pero antes os prohibí hacerlas. Vosotros ignoráis mi mandato y rendís culto a los ídolos que habéis fabricado. Que lluevan sobre vosotros las aguas del cielo, y sobre vuestros festejos paganos, idólatras, “porque yo, Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, pero tengo misericordia por mil generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos” (Éxodo 20:5-6).

Poéticas

Poética afectiva: Un poema es como una mujer. Cuanto más tiempo se pasa con él, más cariño se le tiene.

Poética sexual: Un poema es como una mujer. Se disfruta más cuanta más mano se le mete, cuanto más se lame, cuanto más se penetra.

Poética comprensiva: Un poema es como una mujer. Cuanto menos se entiende, más se desea.

Poética egoísta: Un poema es como una mujer. Lo queremos todo para nosotros, de la primera a la última palabra.

Poética visual: Un poema es como una mujer. Se disfruta con solo contemplar las curvas de sus versos.

Poética orgiástica: Un libro de poemas es como un harén. No sabemos por dónde empezar a leer.

19 marzo 2008

Cierta lógica extraña o no

Una persona que opina que la situación en Irak es muy buena pero que considera que en España la situación es, no ya mala, sino pésima, próxima al Apocalipsis, tiene una lógica cuanto menos extraña.

O no. Yo creo que se cree lo que dice. Y es que tiene que creérselo porque, si no, no tendría más remedio que suicidarse. ¿Cómo se puede conciliar el sueño y mirar a la gente a la cara sin que se te caiga la tuya a trozos siendo responsable directo de una invasión y de los consecuentes asesinatos, mutilaciones y exterminio de miles y miles y miles y miles de personas: niños, adultos y ancianos? Ante esa situación, el individuo responsable modifica en su cerebro la realidad y asume que la manipulación que hace de los hechos es la verdadera realidad, de forma que sustituye la realidad por su construcción mental.

Hip hop: sobre el origen de la competición

Máximo respeto para El Jefe, que en su blog está colgando maquetas de grupos españoles de hip hop, con el trabajo que implica pasar las cintas a mp3, aunque sea por puro amor al arte. Desde 1992 hasta 1998, son ya muchas las que ha puesto a disposición del mundo: M-90 Krew, Jazz Two, Nach Scratch, La Furia del Levante, La Jauría, SFDK..., así hasta 44 maquetas incluyendo la de ayer, Kase-O, ese gran violador:

[...] tocha gorda como Góngora,
no habrá Quevedos de lenguas burlonas en mi contra.

El enfrentamiento entre MC’s es característico del hip hop, algo por lo que es denostado por mucha gente que no sabe que la disputa en verso entre poetas (de más está decir que no todos los MC’s son poetas, igual que no todos los poetas son poetas), la poesía polémica o disputa poética, existe en el mundo desde los tiempos más remotos:

“El intercambio organizado de insultos verbales [...] es característico de las culturas orales, desde la Ilíada y Beowulf hasta nuestros días”.


Esta cita no es de un hombre llamado Claudio, que gustaba de comparar, pero me la he encontrado en un libro suyo, en una de cuyas páginas hay un párrafo en el que podrás descubrir las diversas manifestaciones de esas disputas poéticas que están presentes en todas las culturas, en todas las épocas.

El hip hop, con los rimaderos y competiciones, continúa con esa tradición que ya no se estila mucho en los círculos literarios, aunque aún quedan poetas que ponen poéticamente a caldo a otros poetas que les tocan los versos más de la cuenta.

[...] Falso, no me felicites,
que has estado comentando
con tus tatarabuelos
que no es cierto lo que los Kreyentes dicen
.
Ven a comprobarlo,
ven a asegurarte por ti mismo
y dímelo a la cara,
que es lo que siempre yo hago
[...]

18 marzo 2008

Antología

Llevo meses absorto preparando
la gran antología que reúna
los versos de tu cuerpo y de tu espíritu.

Congregadas las obras más completas
de la literatura universal
en edición facsímil y de lujo,
no encontré en ninguna una palabra
que contuviera el brillo de tus ojos,
ni un solo caligrama que esbozase
apenas esas curvas que tus labios
dibujan cuando abren su sonrisa.


Tonta o sin tetas: como en el Doom, el infierno en la tierra

Por un lado tenemos la serie Sin tetas no hay paraíso, de Tele5 y, por otro, Las tontas no van al cielo, de Antena3. No conozco nada sobre estas dos series, pero para mis propósitos no me hace falta. Analicemos los títulos:

Sin tetas no hay paraíso. Partimos de la suposición de que el sintagma “sin tetas” se refiere a las mujeres, aunque bien podría referirse a toda hembra mamífera. Así que para las mujeres sin tetas no hay paraíso, de donde se deduce que las chicas sin tetas sólo tienen a su disposición el infierno y, con un poco de suerte, si lo merecen sus pezones, el purgatorio.

Las tontas no van al cielo. Volvemos a suponer que el sintagma “las tontas” se refiere a las mujeres, aunque bien podría referirse a las personas. Así que las mujeres tontas no van al cielo, de donde se deduce que las chicas tontas sólo tienen a su disposición el infierno y, con un poco de suerte, si su estulticia no rebasa límites insoportables, el purgatorio.

Es de suponer (como se ve, aquí se supone todo, pues nada se sabe), en virtud del paralelismo semántico entre ambos títulos, que sólo las tontas no tienen tetas y que las que las tienen no son tontas, pero nada se dice de las rubias -que seguro que las habrá, paradójicamente tetudas, en ambas series- ni de las gordas, que seguro que no tienen tetas y, por tanto, son tontas (suponemos que sólo habrá una chica gorda en cada serie, del mismo modo que en los programas televisivos nunca concursa ninguna, porque como son tontas no saben cuántas son dos más dos, a diferencia de las tetudas, cuyos pechos contienen los conocimientos de todas las enciclopedias universales. Por ejemplo, Identity. Un, dos, tres, responda otra vez).

De todas formas, también voy a suponer que las dos series tienen como finalidad hacer una crítica de los estereotipos y moldes que imperan en esta sociedad, aunque tampoco me atrevo a suponer tanto después de oír que la pederastia circula con sus galas más elegantes por Los hombres de Paco y por Física o química. Como se ve, de nuevo, aquí se supone todo, pues nada se sabe.

17 marzo 2008

No tanto ni mucho

No tanto salto ni mucho
menos levito: me arrastro
por las teclas con qué calma,
con qué lentitud. Deleite
soy del tiempo que me aguarda.

Yo soy la dulce agonía
que se regocija en sí
misma, agonía amarga
que se arrastra con qué letras,
qué despacio, qué dramática.

Repto para alzar el vuelo.
Me deslizo en el insomnio
hasta los bordes del sueño:
me arrojo, y al arrojarme
me despojo, y al hacerlo
floto, te noto, te toco.

Soy entonces puro rapto
que se regocija en ti,
éxtasis puro y arrobo
que se eleva con qué tacto,
qué despegue, qué espectáculo.


15 marzo 2008

Micromanifestación y problemas solidarios

Pasaba ayer en el coche por la Calle Princesa a eso de las dos de la tarde. Cuando me paré en el semáforo, miré hacia la izquierda y me encontré con una micromanifestación en la puerta de la sede del PSOE de Murcia..., o en la puerta del bar de al lado, pues qué mejor sitio para manifestarse que la puerta de un bar. Aunque no se lee bien en las fotos, las pancartas decían, entre otras cosas, que ningún recién nacido más sin registrar, y que su problema es problema de todos.

Este problema de no poder ponerles el copyright a los recién nacidos está causado por algunos funcionarios de justicia, que están de huelga porque tienen otro problema. Con los días que llevan de huelga, según oí ayer en las noticias, ya han dejado atrasado (más atrasado, se entiende) trabajo para un año, así que el problema de estos también es nuestro problema.

Como se ve, llegamos a la conclusión de que, en este país, cuando alguien tiene un problema, lo que hace es lo posible por causarle problemas al resto de ciudadanos para no ser el único en tener problemas.

Y es que ser el único que tiene problemas es una putada, así que ya sabéis: cuando tengáis un problema, originadle nuevos problemas, problemas más gordos, si puede ser, a la gente que os rodea. Sed solidarios: no seáis avariciosos y compartid vuestros problemas para que todos tengamos problemas.

Como decía aquel dramaturgo inglés: problemas, problemas, problemas.

13 marzo 2008

Dios sólo habita el trigo y el vino y alcoholiza a los niños celiacos

¡Ajá! Os hemos pillado, pillines. ¿Acaso no era Dios omnipresente? ¿No estaba en todas partes? ¿Por qué no puede hacerse presente en una hostia hecha con maíz en vez de con trigo? Resulta que Dios no puede estar en un trozo de pan de maíz porque así lo decretó por inspiración divina Ratzinger: que los niños celiacos comulguen con vino, nunca con pan de maíz, porque ahí Dios no puede estar, su omnipresencia no llega a tanto, o sea, está en todos lados menos en el maíz (ahora entendemos por qué no intervino en el espinoso y malévolo asunto de los niños del maíz). De esta forma, Ratzinger reformula el ancestral dicho, que ahora es:

Al sano, pan, y al celiaco, vino,

una reformulación que nos trae a las mientes la siguiente pregunta: ¿acaso estamos ante una apología del botelleo destinada a menores de edad?

Nooo, si sólo tiene que sorber un poquito de vino...

Ya, ya... Como dicen ustedes: por ahí se empieza: porahí-sempieza... A partir de ese día, todos los domingos irá a misa para tomar su traguito de vino. El niño celiaco se aficionará y, en cuestión de semanas, comenzará a ir a misa todos los días.

Poco después, el niño celiaco, una vez que el cura le diga que no puede comulgar dos veces el mismo día, se tirará a por el calimocho: cogerá su coca-cola sin gluten y, aprovechando que sus padres están viendo los documentales de La2, le echará un chorro del vino que usa su madre para cocinar.

No tardará mucho en cogerle a su padre unos cigarros para acompañar los calimochos de la siesta.

En unas semanas le sabrá a poco el calimocho, y le robará a su madre unos billetes del monedero para comprar whisky sin gluten y porros. Acusará a su hermano adolescente de la desaparición del dinero: el hermano adolescente se quedará sin salir durante dos meses por los 40€ sustraídos y, enrabietado y enfadado con el mundo, se fugará de su casa.

En cuestión de meses el niño celiaco sentirá unos terribles remordimientos de conciencia y, como el whisky sin gluten y los porros ya no serán suficientes para acallar esa voz , perdón, esas voces —entre las que se encuentra la de su hermano, que lo acusa de ser un cobardica y un mierda— que el niño celiaco escucha dentro de su cabeza, se meterá en el nervioso e hiperactivo mundo de la cocaína, pero pronto una niña dos años mayor que él, celiaca también, le ofrecerá un chute de jaco y, mientras se inyectan, rememorarán aquel día en que probaron el vino por primera vez...

12 marzo 2008

Vestir de negro

Ropa negra sin marcas, sin señas. Camisas y camisetas, pantalones y abrigos, calcetines y calzado. Todo negro. El armario donde guardo la ropa es un agujero negro, un pozo de ropa negra doblada, colgada en perchas, atrincherada en cajones.

A veces me pregunto qué sentirá la hebilla plateada del cinturón negro entre tanta negrura.

Para ser invisible sólo tendría que vestirme con ropa de un color distinto al negro. Bastaría con ponerme unos vaqueros azules y una camiseta roja, ¡una camiseta roja!, para pasar desapercibido ante los ojos de todos los que me conocen. Dejarían de verme: no me encontrarían aunque me quedase de pie en medio de una plaza desierta, con los brazos estirados y silbando una melodía cualquiera.

Hay quien se pregunta que qué tengo en contra de los colores: yo llevo en mis ropas negras toda la gama del prisma. El negro es un color codicioso: absorbe todos los colores que conforman la luz.

Sin embargo, en ocasiones, debido a mi empatía, se me plantean conflictos terribles, porque no sé dónde acabo yo y dónde empieza mi sombra.

El otro día me llevé el cigarro a los labios de mi sombra, que se negó a fumar de mi mano, pero luego la sorprendí haciendo aros de humo en la pared.

Cuando espero el verde de un semáforo de peatones, me alejo del bordillo de la acera para evitar que me atropellen: no soporto que me manche la ropa el neumático de un coche.

Y aunque tú no te des cuenta, me regocijo cuando caminas a mi lado. No sabes por qué te rodeo y elijo dónde situarme: busco la posición precisa para hacerte, en el suelo, el amor sobre la marcha.

11 marzo 2008

Invitación allí

Là tout n’est qu’ordre et beauté,
luxe, calme et volupté.

[Allí todo es orden y beldad,
lujo, calma y voluptuosidad.]

“L'invitation au voyage”, Ch. Baudelaire

[La traducción es mía]

10 marzo 2008

¿Interés público?

Yo aquí, o, lo que es lo mismo, aquí, no veo el interés público. Que se lleven el hotel a otra parte. Vaya unos sinvergüenzas.

Y si no hay interés público, no sé qué pinta el Ayuntamiento metiendo sus zarpas. Bueno, sí lo sabemos.

Ellos...

And now you do what they told ya

09 marzo 2008

Cotidianeidades

Sólo soliloquio al sol.
Dialogo a la sombra.
Ronco bajo las sábanas
y antes de cerrar los ojos suspiro .

Enmudezco bajo el agua,
y aunque no frecuento el grito
grito de forma espontánea
gritos incontrolables
que duran un relámpago
cargado de improperios.

Silbo cuando camino.
También canto en la ducha,
y tarareo de forma inconsciente
canciones que ni siquiera me gustan.

Escribo por instinto
y por supervivencia.
Grabo algún que otro poema
para enterrarlo en la arena.

Escupo un poco de todo,
palabras y saliva.
Respiro aire y humo.

Me visto resignado.
Me miro en el espejo
sólo cuando me afeito
o viajo en ascensor,
aunque hay escaparates que me tientan
casi tanto como tú.


08 marzo 2008

No la conoces de nada...

But this place is built to kill me

Los 10 mandamientos, digo..., los 11

Estaba yo leyendo la Biblia, pues de todo hay que leer en esta viña del Señor, y he llegado al Libro del Éxodo. Y leyendo, leyendo he llegado al Éxodo 20, donde me he encontrado con que la enumeración es no de diez, sino de once mandamientos. Lo que más me ha llamado la atención ha sido el segundo mandamiento -Éxodo 20:4-5-, donde se condena la idolatría, un mandamiento que desapareció de la lista de los diez mandamientos elaborados por la iglesia católica y que, sin embargo, conservan muchas iglesias protestantes:

4 No te harás escultura ni imagen alguna de lo que hay arriba en los cielos, abajo en la tierra o en las aguas debajo de la tierra. 5 No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, 6 pero tengo misericordia por mil generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos.


Ahora que se acerca la Semana Santa, fechas en las que se da culto a esculturas e imágenes de lo que hay arriba en los cielos, cómo no voy a sospechar que la iglesia eliminó ese mandamiento que prohibía la idolatría para poder recibir subvenciones económicas de los Ayuntamientos de todo el orbe...

[Para más información, léase el libro del Éxodo, en una y otra traducción de las miles que hay, y la wikipedia]

07 marzo 2008

La derecha y la izquierda llegan a un acuerdo

En Madrid, todos los diputados, tanto de derechas como de izquierdas, se ponen de acuerdo para darse a sí mismos 250 € al mes para el taxi, un dinero que sacan de las sacas públicas, es decir, del dinero que pagan los ciudadanos. Esta medida la toman porque ninguno de los diputados tiene coche, dada su condición de tres-mil-seiscientos-siete-coma-setenta-y-nueve-euristas, y están cansados de coger el metro y el urbano -que también les sale gratis porque ya se encargaron ellos de votar por tal privilegio- porque eso de mezclarse con la plebe no es digno de su posición social.

Este tipo de acuerdos se multiplica por todo el territorio español. Para las cuestiones que incumben a todos los ciudadanos nunca se ponen de acuerdo, y cuando decimos nunca queremos decir jamás, pero si se trata de asignarse más dinero..., lo que haga falta.

Con esto demuestran de forma irrefutable que trabajan exclusivamente en beneficio de los ciudadanos. Son casi ascetas que se olvidan de sí mismos: hasta de su cara se olvidan: tan dura la tienen que parecen tenerla de piedra, y ya se sabe lo que a las piedras les preocupan los problemas del pueblo.

Tendencia de la basura a la zona roja: el problema del aparcamiento en Murcia

Ahora que estamos en época de elecciones, vuelven a quedar claros los colores que cada partido se atribuye. Si el PP se decanta por el azul, color de la sangre real, el PSOE lo hace por el rojo, color de la sangre real. No obstante, recordemos el intento frustrado del PP por cambiar su color azul por el naranja para desvincularse de su fondo (y de su superficie) fascista y llegar a un mayor número de ciudadanos, como ya dije por aquí, una frustración en la que quizá tuvo algo que ver la aparición del naranja de la empresa telefónica Orange.

Esta selección de colores tiene su fiel reflejo en las zonas de aparcamiento. En la zona azul hay que pagar, 1.35 € por dos horas; en la zona roja también hay que pagar, para tener la tarjeta de residente, que este año es de color verde, pero sale muchísimo más rentable.

Sin embargo, hay una tendencia generalizada a poner los contenedores de basura en la zona roja. De esta manera, los residentes ven bastante reducido el espacio que el Ayuntamiento les ha reservado haciendo gala de una generosidad inconmensurable. Por ejemplo, en la Calle Ceuta se les roba a los residentes alrededor de seis plazas de aparcamiento al situar los contenedores de basura en la zona roja. En la Calle Cartagena hay contendores tanto en zona azul como en zona roja, pero, por lo que he observado, los contenedores de basura tienden en su mayor parte a ocupar plazas de aparcamiento reservadas a residentes.

De esta forma, el Ayuntamiento vincula la zona roja a la basura. ¿Se trata de enviar algún mensaje subliminal a la ciudadanía para que a nivel subconsciente relacione el color rojo del PSOE con la basura? Se me replicará que no, que el Ayuntamiento ha decidido la colocación de los contenedores de basura en la zona roja porque así puede recaudar más dinero al dejar disponibles más plazas en la zona azul, pero responderé que, según tengo entendido, la ORA la lleva una empresa privada, aunque este punto podría ser falso.

En cualquier caso, esta ciudad, en lo que a aparcamientos se refiere, es una puta mierda. No sé si ésa será la razón por la que Guille llama a su blog Puta Murcia.

Para acabar, me pregunto, al igual que tú, por qué en el Barrio de la Fama no hay ni zona roja ni zona azul, mientras que el resto de Murcia está repleta de zonas rojas y zonas azules, y muy, muy pocas zonas verdes*, en las que por 1.60 € se puede aparcar toda la mañana o toda la tarde. Quizá deberíamos salir por las noches a reventar las maquinitas tragaperras de la ORA y que le den por saco a quien nos roba ese dinero, puesto que las zonas de la ORA, que se nos vendieron como la solución suprema al problema del aparcamiento en Murcia, ya no sirven para nada, si es que alguna vez sirvieron para algo más que sacarnos más dinero.

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*Las zonas verdes están destinadas a los trabajadores, de ahí el precio reducido. Esto hace suponer que la ciudad debería estar repleta de zonas verdes, pero la escasez de dichas zonas parece indicar que, en contra de la suposición inicial, en Murcia no trabajan más de dos o tres docenas de personas.

Rebuscado

Todo el mundo lo acusaba constantemente de ser una persona rebuscada.

—¡Qué rebuscado eres! —le decían.

Sin embargo, él se defendía alegando que nunca nadie lo había buscado por segunda vez.

06 marzo 2008

Persecución y derribo

Yo no persigo sino el puro roce
de tus húmedos labios,
su caricia translúcida, impura.

También persigo el tacto inmaculado
de tus manos ardientes,
de tus dedos magmáticos.

Si me vieras los ojos desangrarse
soportando el afán
de ver tus labios húmedos
robándole suspiros a mis labios...

Lanzarías tus besos
como lluvia de estrellas no fugaz,
sino lenta y eterna.

Inacabablemente llorarías
lenguas sobre mi cuerpo
persiguiendo mi muerte y mi derribo.

Da igual cómo lo hagamos...

05 marzo 2008

La nieva y el nievo

Ayer, en el telediario de las tres de Telecinco, creo que le dedicaron cerca de una hora y media al tiempo, porque en el mundo no pasó nada más que la nieve que cayó en el norte de la Península Ibérica. No obstante, es lógico dedicarle tanto tiempo al tiempo, pues ya se sabe: ... y, si no, tiempo al tiempo.

Se ve que estaban tan metidos en el asunto que se plantearon si la nieve es macho o hembra. Por lo que se verá en la imagen de abajo, decidieron que la nieve es hembra y, siéndolo, había que concordar el sexo de las palabras, de modo que decidieron que, en vez de la nieve, mejor sería la nieva:

Estamos, de nuevo, ante una cuestión de violencia de género, así que remito a la primera y la segunda parte de la violencia genérica que publiqué hace un tiempo.

04 marzo 2008

Julio Jaula

Abrió el correo de la revista literaria y filosófica que dirigía. Respondió algunos de los mensajes que tenía pendientes y miró algunos de los nuevos. Había uno de un tal Julio Jaula, que enviaba un texto para que la revista considerase la pertinencia de su publicación. Abrió el archivo y leyó las tres páginas escritas por Julio Jaula, un pseudónimo cuanto menos llamativo. Cuando acabó de releerlo, supo que ese texto no se podría publicar, porque nadie querría publicarlo. Tuvo que reconocer que le había gustado: formalmente era magnífico, pero el contenido, aun siendo genial, era demasiado irreverente. Julio Jaula utilizaba una ironía mordaz que hería al propio lector como un desgarro, realizaba unas preguntas que contenían la respuesta, pero se trataba de respuestas tan cáusticas que sería imposible sacarlas a la luz, al menos en su revista.

No obstante, a la mañana siguiente se reunió con los miembros del consejo de redacción y con los coordinadores de la revista para discutir la pertinencia de publicar el texto de Julio Jaula. Le entregó a cada uno una copia del escrito. Leyeron. Mientras lo hacían, él observaba las expresiones de sus caras. Fruncían el ceño, entrecerraban los ojos, tomaban el nombre de Dios en vano, estiraban los labios hacia atrás enseñando todos sus dientes, se llevaban las manos a la frente y a la cabeza, inspiraban aire poniendo los labios como si fueran a dar un beso. Y todo eso, en alguna ocasión, simultáneamente.

Coincidieron en que el texto era magnífico desde el punto de vista de su configuración formal. Uno de los coordinadores alabó especialmente los mecanismos de la ironía que lo articulaban; uno de los redactores elogió la utilización de las figuras retóricas y la confluencia de todos los significados textuales en la afirmación final, tan breve, tan concisa, tan certera. Él, por su parte, dio a entender que se haría lo que decidieran, que él, si querían, también estaría dispuesto a publicarlo.

Sin embargo, todos dijeron que aquel texto no se podía publicar en la revista, porque lo que en él se decía les pondría en aprietos muy serios. Aunque no fuesen responsables de las opiniones expresadas por la gente que publicaba, en cierto modo sabían que sí lo eran, pues decidían qué se publicaba y qué se excluía de las páginas de la revista.

Cuando el director llegó a su casa, poco antes de comer, abrió de nuevo el correo y le envió a Julio Jaula una respuesta, escueta y diplomática, del tipo siguiente: Lamentamos informarle de que su texto no ha sido seleccionado para formar parte del próximo número de la revista, pero le invitamos a que envíe otros textos para su consideración. Reciba Ud. saludos cordiales, etc.

*

Por la noche, antes de acostarse, el director miró su correo. No el de la revista, sino su correo personal. Tenía seis mensajes nuevos. Su hermano le decía que el sábado habían quedado para comer con sus padres; su amigo le enviaba otro powerpoint de mierda; dos mensajes basura; otro mensaje de su amigo, otro powerpoint de mierda; y otro mensaje... El último mensaje se le había reenviado desde la dirección de correo que utilizaba para mantener su anonimato en el ámbito filosófico y literario. Al principio lo abrió con curiosidad, pero en cuanto vio el remitente se le dibujó una sonrisa sardónica en la cara, más propia de Julio Jaula que del director de la revista. No tenía por qué, porque sabía perfectamente lo que decía, pero se leyó a sí mismo: Lamentamos informarle de que su texto no ha sido seleccionado...

02 marzo 2008

La hoja verde

Los librillos de papel de fumar, al menos los de Smoking, llevan entre sus hojas una de color que sirve para avisar al fumador de que sólo le quedan cinco papelillos. Una hoja como ésta:

Sin embargo, a mí me salió así:

Supuse, entonces, que esto significaba que todavía quedaban cincuenta papeles y, además, como pensé en La hoja roja de Miguel Delibes, supuse que a la vida aún le quedaba mecha para quemar, pero yo me quedé sin fumar porque sólo quedaban cinco papeles...

Poligamia

Después de luchar durante tantos años para conseguir que se regulase legalmente la poligamia, pudo por fin casarse con dos mujeres. Él pensaba que acababa de ascender al paraíso, pero lo que nunca pudo haber imaginado era que empezaba su descenso a los infiernos.

Toda discusión era doble; las lavadoras se multiplicaban de una forma incomprensible; el tiempo de descanso se reducía a la mitad; el fregadero duplicaba la vajilla sucia; el dinero se extinguía de las cuentas corrientes; los depósitos de los coches empezaban a parecer vampiros insaciables; el día parecía haber reducido su duración; los fines de semana se sucedían y no tenían tiempo de salir a ningún sitio.

Fue casarse con las dos y entrar en juego las matemáticas más elementales en su vida: las cosas se multiplicaban por dos, se reducían a la mitad o, directamente, desaparecían al multiplicarse por cero.

En la cama todo fue bien al principio. Disfrutó como nunca las primeras semanas de matrimonio. Sin embargo, a partir del segundo mes comenzaron a aparecer los dolores de cabeza dobles, conjuntos. Las pocas ganas de una se le contagiaban a la otra y al final ninguna tenía ganas de nada.

Ante este panorama, comenzó a frecuentar un burdel. Pocos meses después se divorciaron. Ellas, embarazadas de él, se casaron la una con la otra, y él, desde entonces, regenta un prostíbulo con cuyos beneficios apenas le alcanza para pagar la pensión a sus ex mujeres y a sus cuatro hijos, porque al final las dos tuvieron gemelos.

Tuvo que suponer que la maldición de las matemáticas elementales también recaería sobre sus hijos: concebidos dentro del matrimonio, era lógico que les fuese aplicable el principio matemático de la duplicación, aunque no habría estado mal, nada mal, que a los niños les hubiese tocado la reducción a la mitad, de modo que, en vez de cuatro, habría tenido sólo uno.

La otra opción, en cambio, la desaparición, le tentaba a veces como posibilidad, pero sólo como posibilidad, porque si la contemplaba muy en serio le remordía la conciencia el solo hecho de pensarla.

Me arrojé...

01 marzo 2008

Desentumecer tu mudez

Dentellarte,
hincar como la lluvia
mis dientes en tu pecho.

Destellarte,
hundir como una ola
mis labios en tu sexo.

Desollarte,
hurgar como un tornado
mis uñas en tu cuello.

Degollarte,
horadar como una daga
tu boca con mis dedos.

Aún el humo

Entonces el humo durante
mientras el humo entretanto,

parado el humo en pausa,
un stop al final de un garaje,
sin salida el humo en un vado
permanentemente durando;

un estanque de humo entretanto
en un compartimento estanco,
el humo enclaustrado, detenido,
suspenso el humo, inmovilizado,

ya todavía el humo entonces
mientras aún el humo durante.

Palabra tuya

Una palabra, si tuya,
bastará para tentarme.

Dejaré que me seduzca
su fluir de tiernos graves,
caricias semidifusas
y distendidos compases.

Con las papilas abiertas
dejaré que me arrastre
a su guarida profunda,
donde la voz son retales
de una mirada abrasada
en unos ojos volcanes.

Dejaré que me absorba
su retumbar palpitante,
sus tan diabólicos ecos
de edenes y gravedades,
sus pestañas seductoras,
sus curvas uñas letales.

Porque una palabra tuya
bastará para tentarme.

Donde la hierba es verde...