07 junio 2008

Sangre cobalto

No antes caminé sobre este filo
sino descalzo y con los pies en alto:
me sangraban las manos con estilo
tan químico que a chorros el cobalto

se deslizaba lento por el filo
que mis palmas andaban, y yo falto
de sangre, también falto de asilo
donde dormir mis huesos: el asfalto

no acogía mi sangre derramada,
y yo falto de sangre y boqueando
sobre aquel filo, lívido y perdido

como aquella luciérnaga estropeada,
ella falta de luz y aleteando,
y yo falto de sangre y sin sentido.


3 comentarios:

supersalvajuan dijo...

Luz tibia la de las luciérnagas estropeadas.

ed.expunctor dijo...

No tibia, sino ausente la luz de la luciérnaga estropeada.

Marta Sánchez Mora dijo...

ole ese soneto!!! jeje
www.pincelesenredados.blogspot.com

carpe diem!!