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13 julio 2021

La quinta ola (coronavirus 5.0)

Aquel verano fue inolvidable. Declararon a finales de julio un nuevo estado de alarma; la quinta ola de la pandemia rompió por todo lo alto, con dos variantes nuevas del virus que nadie se habría jamás imaginado: la variante jumillana y la variante lumbrerense, que desde mediados de mayo se habían ido expandiendo por la región gracias a la movilidad sin restricciones y a las fiestas nocturnas desbocadas; además, como su periodo de incubación era de treinta días, se manifestaron el quince de julio; el veinte, los hospitales estaban colapsados y miles de murcianos eran trasladados a los de otras comunidades, donde contagiaron al por mayor y facilitaron la expansión de las variantes.

El treinta de julio la Comunidad Europea dio la orden de cerrar la península ibérica por el caos que estas cepas estaban generando: sus síntomas eran terribles, con fiebres altas, temblores, espasmos, diarreas, vómitos, supuraciones, gases incontenibles, dolores musculares, neumonías bilaterales, pero nadie moría: pasaban los días y los infectados se acumulaban en los hospitales, cada vez más, cada vez más, sin llegar a ser cadáveres, lo cual alarmaba a los gestores de los servicios de sanidad, pues lo esperable era que fueran muriendo y dejando camas libres; sin embargo, nadie moría y todos requerían atención médica urgente, lo cual llevó a más de un intelectual a pensar en el carácter profético de Las intermitencias de la muerte.

A mediados de agosto el gobierno declaró el estado de excepción. Los derechos fundamentales se suspendieron. El ejército dejaba comida y material sanitario en las puertas de los edificios. Nadie podía salir a la calle, ni siquiera para ir al hospital, pues en las aceras que rodeaban los hospitales se acumulaban los pacientes tumbados sobre sábanas, colchones, sentados en sillas y tumbonas playeras, bajo paraguas o sombrillas. Para evitar la histeria colectiva, se suspendió la conexión a internet y se bloquearon las comunicaciones telefónicas. La televisión no informaba de nada, tan solo emitía videotutoriales sobre cómo tratar la diarrea, how-to make yourself una intubación, cómo curar las supuraciones cutáneas, cómo desinfectar el vómito, cómo controlar los temblores.

A finales de agosto la situación se estabilizó: la mitad de la población española estaba infectada con unas variantes del virus que no desaparecían, pues su peculiaridad era precisamente su persistencia: si estabas enfermo, al parecer, ibas a vivir siempre enfermo. La operación “Traslado” comenzó el uno de agosto: los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado que no estaban infectados comenzaron a trasladar a los ciudadanos infectados al sur de la península, y a los no infectados al norte. En la operación se produjeron nuevos contagios, así que finalmente la España Infectada llegó hasta Soria, incluida; la España Desinfectada ocupó desde La Rioja hasta el mar Cantábrico. Portugal, completamente infectada, se anexionó, en un acto de amor vírico, a la España Infectada. Se levantaron trincheras y se establecieron puesto de control en todas las zonas de tránsito para contener a los infectados del sur, cuyos síntomas comenzaron a remitir a finales de septiembre, pero que, tras las pruebas epidemiológicas pertinentes, seguían portando el virus con un alto poder de contagio.

Con este panorama, la oposición política comenzó a reclamar libertad para la España Infectada. Se organizaron grupos revolucionarios en defensa de la libertad de movimiento y se exigió el fin del estado de excepción, alegando que la excepción había dejado de serla, pues en aquel momento la excepción era, precisamente, no estar infectado. Los sondeos del CIS daban la victoria aplastante al Partido Popular, que defendía a los Infectados y sus libertades, mientras que el Partido Socialista trataba de defender a unos y a otros, pero, precisamente por eso, no defendía a ninguno de forma contundente, aunque argumentó que el hecho de que el Partido Popular exigiese libertad para los infectados desde la nueva sede del Parlamento Español, situado en Cantabria, y no desde, pongamos por caso, la Asamblea Regional de Murcia, mostraba su hipocresía. Para refutar estas razones el Partido Popular trasladó su sede a San Sebastián, cambió su denominación en el Registro de Partidos y Asociaciones, y pasó a llamarse Partido Portador, con lo que el ochenta y siete por ciento de la población española, portadora de virus, lo votó en las siguientes elecciones.

Haciendo uso del principio democrático en cuya virtud la mayoría tiene derecho a que el resto de la población viva según su voluntad, la España Infectada, Vírica y Libre se anexionó la España Desinfectada, que enseguida cayó bajo el influjo del virus e hizo más grande a la Infectada, Vírica y Libre; en medio de la contienda, los franceses, con el acuciante y ferviente apoyo del resto de países de la Unión Europea, levantaron un muro de hormigón armado de treinta metros de alto y diez de ancho a lo largo de toda la frontera francohispana en apenas una semana: todas las empresas constructoras de Europa -salvo Dragados, Ferrovial y el resto de hispanas y lusas, obviamente- intervinieron en esa obra faraónica. Y en vista de que el Partido Portador estaba dispuesto a dar por terminado el estado de excepción y devolver a los ciudadanos sus derechos y libertades, todos los países del mundo acordaron prohibir la entrada a sus territorios a cualquier tipo de vehículo procedente de la península ibérica.

Esto ocurrió hace tres años. Ahora, en julio de 2024 las corrientes de opinión están cambiando, pues los votantes tradicionales del Partido Portador están muy descontentos con la falta de previsión de sus representantes. Los inmigrantes, pese a la  crisis sanitaria, siguieron llegando por el sur, pues preferían vivir infectados a morir sanos; el gobierno no podía devolverlos, pues ningún vehículo podía salir de la península, ni por tierra, ni por mar ni por aire, y eran tantos los que llegaban (el hecho de saber que jamás podrían devolverlos a sus países de origen generó un efecto llamada inaudito) que no había sitio en los centros de inmigrantes; se habilitaron los polideportivos primero y las urbanizaciones a medio construir después, pero ni con esas, así que las autoridades pensaron que habría sitio suficiente en los estadios de fútbol, que enseguida se llenaron de residentes. Al habilitar estos lugares para acoger a los inmigrantes se imposibilitó la continuidad de las ligas, y esto, y no otra razón, fue el detonante del cambio de opinión ciudadana.

La falta de previsión del Partido Portador, que había imposibilitado que las ligas de fútbol continuasen, determinó su debacle en las siguientes elecciones, cuando la sexta ola apenas había comenzado, pero eso ya es otra historia.

 

13 octubre 2017

Preguntas prosoterramiento para políticos profesionales (por una Murcia moderna)


¿Por qué partís los barrios?
¿Por qué tanta mentira?
Vuestra promesa expira
y dejáis hechos zarrios 

los distritos del sur.
Empeñasteis palabras
y con abracadabras
trocasteis cual tahúr 

un no rotundo al AVE
en superficie: “MUROS
NO”, dijisteis seguros,
con tono de voz grave,

y ahora os entran las prisas
de meter catenaria
y tapia estrafalaria
con normas imprecisas. 

¿Y el túnel subterráneo
pa’ que entre el tren veloz?
¿Por qué esta burla atroz,
corredor mediterráneo, 

que en Murcia meterá
productos peligrosos
y que a los poderosos
empresarios dará 

inmenso beneficio
gracias a los impuestos
que vecinos honestos
pagan con sacrificio? 

Hacer Murcia moderna
no es incrustarle un tren
y que al pueblo le den
marginación eterna, 

sino integrar las vías
debajo de la tierra:
quien los trenes soterra
trae luces y armonías.

09 octubre 2017

Vecinos héroes (las vías bajo tierra)


Salen todos los días.
Quedan sobre las ocho de la tarde
y silban a las vías cuando pasa
un tren. Entonces marchan por las calles
de la ciudad. Vecinos
de los barrios del sur que solicitan
al alcalde, al ministro,
una vida sin muros ni clausuras
que encierren a los viejos del lugar,
ni catenarias bestias y desnudas
que acechen el colegio de sus hijos.

Estos vecinos míos, admirables
en su empeño, son todos mis vecinos.
Son los padres, las madres, y los hijos
y las hijas, los viejos, las ancianas,
los hombres, las mujeres,
los que salen con sus piernas,
con sus sillas de ruedas, andadores
o muletas: recorren la ciudad
para exigir justicia, que se cumplan
compromisos, decretos publicados
en el BORM por políticos que ahora
se niegan a cumplir
las leyes que ellos mismos aprobaron,
y le venden más humo
y le ponen más vendas
a esta ciudad herida.

Veintiséis días llevan
de marchas sin cesar,
pero son treinta años
de lucha vecinal.

Los ves por tu ventana.
Salen desde las vías, desde el paso
a nivel de Santiago. El mayor
movimiento social que se haya visto
en Murcia. Tú los oyes
pasar por la Gran Vía, la Redonda,
la Catedral, la Plaza de las Flores
y del Ayuntamiento, por la puerta
de tu casa, también por Mediamarkt,
a las nueve, a las diez,
a las once,  a las doce.

Ningún rincón escapa de sus gritos
unánimes y unidos. Los escuchas
con sus pitos, bocinas, cacerolas
andando sin parar todas las noches.
 
Si no has visto de cerca a estos vecinos
deberías bajar, cuando los oigas,
a la calle a mirar, reconocerte
en este padre que anda con su hija,
en este anciano que anda con bastón;
tu madre es esta vieja que camina
con un temblor de brazos, y tu hermana
esta mujer que lucha por su hija.

Mis vecinos son héroes
que luchan contra el tiempo, contra el muro:
se dejan el aliento
(¡las vías bajo tierra!)
por una vida digna,
por el soterramiento.

06 octubre 2017

Don Quijote a las vías

Si Don Quijote viniera
por estas tierras murcianas
a lomos de Rocinante
y en las vías se encontrara
que pa’ que pasen los trenes
han levantao unas mamparas*,
se liaría a dar mamporros
con la fuerza de su espada
al alcalde y al ministro
solos o en sesión plenaria
y arrancaría promesas
de conductas adecuadas
que favorezcan al pueblo
y no a empresarios sin alma,
y derribaría el muro,
y velaría sus armas
para que el soterramiento
al otro día empezara.

Mas lo mismo que a Andresillo
es seguro que pasaba
cuando siguiera el hidalgo
su camino hacia La Mancha:
como Juan Haldudo el rico
los políticos de marras
mostrarían su sonrisa
y sus mejores palabras
para seguir azotando
al pueblo y con argamasa
construyendo aqueste muro
que lo aísla y lo remata,
puesto que rompe los barrios
y a las familias separa.
 
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*Recuerde el lector que donde
Don Quijote ve mamparas
hay en realidad un muro
que a los murcianos distancia.

04 octubre 2017

Romance de las vías (Murcia + Soterramiento)

Noche del 3 de octubre,
cuando empezó el fuego
y ardieron las vías.
La poli vino a las vías
con sus escudos de plástico.
La gente la mira mira.
La gente la está mirando.

En las vallas conmovido
pita un niño su silbato
y mira con extrañeza
a los polis destemplados.

Huye, muro, muro, muro.
Si vienen los infiltrados
harán con tu materia
perlas de metacrilato.

Niño, déjame que encierre
a la gente de Santiago
y a los vecinos estériles
de estos parajes lejanos.
Traigo furgones y porras
para oprimir a estos barrios,
y órdenes de este gobierno
de que estos polis sonámbulos
inmóviles permanezcan
y quietos en este paso
mientras siluetas extrañas
ya me ponen bocabajo.

Huye, muro, muro, muro,
que ya huelo su propano.

Niño, déjame, no pises
los deseos de mis amos.

La poli sigue parada
en el paso de Santiago
mientras extraños incendian
contenedores de plástico,
le arrancan huesos al muro
y los lanzan con trabajo
para vulnerar las vías
y el tráfico ferroviario.

Los periódicos mañana
y los concejales blandos,
el delegao del gobierno
y el ministro del diablo,
ricos todos, señoritos,
le echarán los guijarros
a la tenaz Plataforma,
que lleva ya treinta años
con actitud responsable
de ejemplares ciudadanos
luchando por que soterren
las vías en estos barrios,
pero luchando con paz
y sin violencia avanzando,
y ahora lucha pa’ evitar
que encierren como a ganado
a los vecinos de Murcia,
que al sur se quedan rogando
que un muro de cinco metros
no deje incomunicados
a sus niños, sus familias,
sus viejas y sus ancianos.

11 julio 2015

Semejanza

Pareces recién salida
de un naufragio de amor,
con tus alas empapadas
y tu luz, y tu fragor.

10 julio 2015

Fogata oscura del alma

Tu cabello es el suspiro
de un volcán desaforado,
hoguera donde deliro
en un sueño incinerado.

Tu melena es la alborada
que me incendia y me derrama;
tanta lumbre es tu mirada
que me abraso con su llama.

Tus ojos de ardiente plata,
del alma oscura fogata.

16 marzo 2015

Poema frío



Puedo escribir los versos más fríos esta noche,
versos de hielo sobre la escarcha del alma,
letras refrigeradas
desde el tuétano más íntimo
hasta el aliento más recóndito;
puedo construir un poema-congelador
high quality cinco estrellas
e inundar la noche de glaciales
y de estalactitas gélidas.

Pero entonces tú lo leerás
y empezará todo a derretirse:
las letras, los versos, el poema;
se inundará todo y enseguida
todo empezará a evaporarse:
las letras, los versos, el poema,
pues tu mirada todo lo incendia,
todo lo incinera,
y entonces el poema será entero fuego,
sustancia ardiente,
incandescente esencia.

10 abril 2014

Aquí la poesía tiende la ropa


Por lo común, la poesía tiende a sublimar la realidad, pero hay momentos en que la realidad es tan sublime que no puede ser sublimada: ni por la poesía, ni por la música, ni por nada, tan solo por otra mirada suya, por otra caricia de sus manos, por otro beso u otra palabra nacidos de sus labios.
En tales momentos, la poesía solo tiende la ropa y deja que se seque mientras contempla cómo el sol y otras estrellas exhalan el humo del último suspiro.

30 marzo 2014

Soneto


Mis ojos vinculados a tus manos
esperan solamente reencontrarte
para poder de nuevo contemplarte
y de ilusión latir, mirarte ufanos.

Desean encontrarse más cercanos
a tus ojos esquivos, abrasarte
alegre, la mirada capturarte
y nombrar a tus labios soberanos

del reino de mi cuerpo y de mi nombre.
Me arrojo incinerado a tu regazo
y a tu antojo le dejo mi destino:

tal manojo de anhelos es el hombre
que quiere consumirse por tu abrazo
y enterrarse en tu fondo submarino.

27 febrero 2014

Incertidumbre devoradora

Me interroga y se preocupa.

La incertidumbre la devora
mientras hablamos de rock y de Dvořák.

Teme que persiga otros destinos simultáneos,
teme una burla,
teme un engaño.

Yo me arranco con el arco
del violín el hipocampo
y le entrego mis deseos
y mis memorias.

Y busco el eclipse de sus labios,
los cometas de sus ojos,
la supernova de sus manos.

25 febrero 2014

Tras mis párpados


Ella es esperantista
y yo, un esperanzado
del destello de sus ojos
y el eclipse de sus labios.

Me gusta cómo se encienden
sus palabras tras mis párpados,
cómo ríe y cómo danzan
tan elásticos sus pasos.

¡Y qué escándalo en sus gestos,
qué explosiones en sus manos!

Quién fuera teclas de piano
que acariciaran sus dedos…

24 febrero 2014

«Dominĭcus dies»



Los domingos son el centro
de todas las miradas.

Los titulares de los periódicos
de todo el universo
hablan de los domingos
como de un mesías que viniera a renovarnos.

Alabanzas sin balanza ni mesura.

El domingo
resucitamos.

En todas las cadenas de televisión y radio
el domingo es el blanco
de todas las palabras.

El día del sol
nos incendiamos.

Dios murió el jueves
y el domingo nació Ella.