28 julio 2008

Intrascendencias

Tras pasar la muerte creyendo que la vida iba a ser el momento más trascendente de mi existencia, nazco y descubro, tras vivirla, que estaba equivocado.

De la misma manera que el bostezo no tiene un significado más allá de la ralentización insustancial del tiempo, así la vida no es más que un mínimo paréntesis en el eterno transcurrir de la muerte, y no debe engatusarnos con la aparente vitalidad de sus galas: me deslumbraba por pensarla en relación con los otros, pero finalmente he comprobado que no se trata más que de un hecho fugaz y transitorio de una menudencia irreversible, y que lo realmente trascendente es el único hecho absoluto, estático y perpetuo de la muerte, tan solo alterado por la minúscula turbulencia del bostezo de la vida.

Que podía, si no, tener mayor trascendencia que tus uñas en mi espalda mientras la muerte me soñaba.

23 julio 2008

Trascendencias

Tras pasar la vida creyendo que la muerte era el momento más trascendente de mi existencia, me muero y descubro su irrelevancia, su carácter insignificante.

De la misma manera que estornudar no tiene una importancia mayor a la cerrazón involuntaria de los ojos, tampoco la muerte puede cegarnos con su pomposidad y sus limitaciones: me deslumbraba por pensarla en relación conmigo, pero finalmente he comprobado que no se trata más que de un hecho habitual de una nimiedad inconmensurable, y que lo realmente trascendente es el cúmulo de hechos cotidianos banales que se acumulan en el depósito de la vida y de los recuerdos.

Qué podía, si no, tener mayor trascendencia que la memoria de tus ojos mientras los míos se cerraban.

19 julio 2008

Apología de la mentira

Los telediarios, periódicos y demás medios de comunicación llevan a cabo, a día de hoy, la mayor apología de la mentira jamás conocida. Los políticos mienten y todos esos medios se hacen eco de sus mentiras y las amplifican. Quiere decirse que progresan gracias a las mentiras de los políticos, que de decir la verdad habrían sido ajusticiados en la plaza del pueblo ante la mirada impávida de la propia policía. Las mentiras florecen en sus bocas como gusanos en las de los cadáveres.

Al tiempo de la información y la desinformación le sucede la Época de la Informentiración, y a nadie le queda la más mínima vergüenza y honestidad para reconocer que el sistema endogámico-político se nutre de mentiras. Y como al político sólo le interesa su bien privado y familiar, nunca moverá un dedo para intentar exterminar los males que asolan la sociedad, pues aún no se sabe de ningún político que se haya suicidado, a pesar de que los periódicos y telediarios muestren a muchos de ellos en primera plana con el gatillo bajo el dedo.

Ahí está la pistola, ahí la apología.

06 julio 2008

Las sobras

C’è intenzione,
ma non fretta.

No solo soliloquio dislocado,
si no antes el diálogo del logos:
parliamo, ma non troppo, nostra lingua
y por eso nos falta la palabra,
nos sobra la renuncia ensimismada.