Tocar, tocan:
estos dedos,
estas yemas,
estas uñas.
Si pica, tocan
y rascan, frotan
contra la carne,
contra la piel,
contra sí mismos.
Rascando, tocan,
aunque ya yo quisiera
ni siquiera rozar,
pues picores no habría.
Aún así tocaría,
pues me gusta tocar.
Me declaro del todo
tacto
que no quiere quedarse
a salvo, intacto,
sino tocar
y ser tocado.
.
3 comentarios:
Por algo es el tacto el más extenso de los sentidos
¿Y qué hay de la vista? Con ella alcanzamos un horizonte que jamás tocaremos: tanto se extiende.
Restringido propósito
por Oliverio Girondo
Demasiado corpóreo,
limitado,
compacto.
Tendré que abrir los poros
y disgregarme un poco.
No digo demasiado.
...este poema como todos los tuyos tiene su "toque"
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