La
noticia es esta, de 5.10.2012, pero bien podría ser esta crónica que
redactó un escriba el día 5 de octubre del año 1324 de nuestro señor
Jesucristo:
«La
Reina, acompañada por varios de sus señores feudales y por una cohorte de
vasallos, de caballeros y de cargos eclesiásticos, visita a sus siervos de las
tierras lejanas del Reino de Murcia para horrorizarse ante los efectos de un
fenómeno natural llamado "lluvia", manifestación del poder del Dios
Todopoderoso de la Cristiandad por cuya gracia existe la propia Reina. La
Reina, como se ve en la ilustración, saluda a sus siervos y estos se emocionan y,
enfervorizados, claman su título y su nombre, estirando la mano por ver si son
tocados por la mano divina de su gracia real.
No
es la primera visita de la Reina a estas tierras que tan lejos quedan de la
Corte. En los idus de julio, la Reina visitó el Castillo de Lorca, donde se
sintió como en casa. Dicha visita fue agradecida por el señor feudal de las
tierras del Reino de Murcia, para el cual esta visita supone
«una muestra del apoyo y el respaldo de la Corona a un pueblo que se siente agradecido por las palpables declaraciones de afecto y de cercanía, y que no se traduce solo en gestos». (sic)
Con
este agradecimiento, el señor feudal deja constancia de que una declaración no
está integrada solo por gestos, sino que, necesariamente, tiene que tener
palabras, aun cuando los siervos no entienden cómo unas declaraciones pueden
ser "palpables", si bien es lógico teniendo en cuenta que los siervos
son ignorantes y, por ende, no saben lo que conviene para un buen gobierno de
las tierras de Castilla.
Recordemos
que los Príncipes también visitaron Lorca para asistir al funeral de las
víctimas del terremoto, ocasión que el Príncipe heredero por su sangre y por la
gracia de Dios Todopoderoso aprovechó para instar a los siervos y súbditos del
Reino a aceptar las decisiones y acciones de los señores feudales, que les
prometieron arreglar los daños y, efectivamente, no han arreglado nada más allá
de sus cámaras del tesoro.
En
esta ocasión, la Reina, acompañada por el señor feudal que ha despojado a los
súbditos de muchas de las posibilidades que antes tenían de visitar a los
galenos y matasanos (recordemos que, ahora, los siervos, han de pagar las
sanguijuelas que se usan en las sangrías, que hasta hace cuatro lunas llenas
eran gratuitas), no ha hecho referencia al desastre que supone mantener los
derechos feudales sobre los siervos y los súbditos, cuyas vidas se desarrollan
sometidas a los caprichos de señores feudales, eclesiásticos y caballeros
varios.
No
se oyó de sus labios ni una palabra sobre el incremento astronómico de la renta
feudal que los siervos tienen que ofrecer tanto a los señores feudales en cuyo
feudo moran como la que deben entregar a la Corona y a la Iglesia, bajo pena de
embargo, encarcelamiento, excomunión y anatema.
Tampoco
vio nadie ni un gesto que pudiera interpretarse como una referencia al derecho
de pernada ampliado versión 3.5, consistente en que los señores feudales no
sólo joden a las mujeres que contraen matrimonio, sino que sodomizan a
todos los siervos, sin discriminación de edad, sexo o raza. En este sentido,
consideramos que es un avance para esta nuestra sociedad medieval la recién
conquistada igualdad de todos los siervos para ser jodidos con la misma
frecuencia e intensidad.
Por
fin, la Reina se despidió agitando su real mano y se marchó en su
helicóptero*.»
_________________
*Nota del
transcriptor. La palabra "helicóptero" es, sin duda, un error de
transmisión de la copia del texto medieval. Posiblemente el escribano quiso
señalar que "la reina se marchó en su carroza, engalanados sus cabellos
con un heliotropo", pero se saltó la línea que decía "carroza
engalanados sus cabellos con un" y escribió erróneamente "helicóptero" por "heliotropo". No deja de ser sorprendente que el azar del error quisiera que un escribano del siglo XIV escribiera la palabra "helicóptero", una precision léxica en la previsión del futuro que ni siquiera Nostradamus pudo lograr.
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