Me sentí como una reina,
me dijo después de irse.
Yo solo le hice el amor
y le lamí todo el cuerpo.
También le hice unas tostadas
con tomate y con orgasmos.
Le ofrecí varias posturas
y una serie de caricias
que recorrieron su espalda
y su anhelo más oscuro.
También le di chocolate
y le ofrecí hierba buena,
pero me dijo que solo
se fumaría mi sexo
hasta extraerle el humo
que le regara sus pechos.
Exhaustos ya nos dormimos,
y se fue luego al trabajo
con una sonrisa indómita
y un brillo blanco en sus labios.
1 comentario:
Me encanta leerte .,sigues pareciendome genial,un besote
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