Acuática y desnuda en la piscina,
apareces expuesta como musa
sin reparo, sin miedo y sin excusa
e inspiras la emoción más clandestina.
Semejas una ninfa submarina
que al poeta le mostrara su profusa
carne y su blanca imagen inconclusa
que tienta, hipnotiza e ilumina,
pues de luz estás hecha y de penumbras,
de barro y de lujuria, de pasiones
infinitas, profundas, y sonrisas
que a compartir por instinto acostumbras,
y por ser diosa llena de emociones
libres, lascivas, bellas e insumisas.
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