Liarse un cigarro es como vestirse para una cita con la muerte. Hay que hacerlo con elegancia, con pulcritud. El papel tiene que adherirse al tabaco como unas medias finísimas a las piernas de mi amada.
Palpar es un verbo transitivo y clave en esta operación, y caricias, un sustantivo hembra plural que debe recorrer el papel abrazando al adjetivo exquisitas. Del mismo modo, el llamado pellizco es otro sustantivo cuya presencia es fundamental en el proceso, y su ejecutor, el dedo pulgar, lo materializa de forma casi translúcida, imperceptible, delicadísima.
Y luego la lengua, la saliva, de nuevo el pulgar recorriendo el cuerpo del cigarro por la línea de pegado. Prensamos y arrancamos, por fin, el papel sobrante para prenderle fuego al cigarro e incendiar nuestra vida, esparcir humo, cenizas, memorias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario