Es curioso cómo algunos miembros de la Iglesia ponen el grito en el cielo y se tiran de los pelos y se indignan ante el mundo y los medios de comunicación porque la palabra matrimonio se usa ahora para designar también a las uniones legales entre personas del mismo sexo, mientras que -a pesar de considerarlo una blasfemia- nunca han mostrado públicamente su indignación a propósito del uso de la palabra hostia para designar un puñetazo, un guantazo o una bofetada.
Y es curioso porque su matrimonio se refiere a la unión de un hombre y una mujer, mortales al fin y al cabo, mientras que su hostia hace referencia al propio cuerpo de Cristo -¡el cuerpo de Dios, del Espíritu Santo, de la mismísima Trinidad!- encarnado en un trozo redondo de pan de trigo cuyo destino es acabar en el estómago de los creyentes.
2 comentarios:
Creo que tienes razón.
Yo también XDD
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