Lo que hizo anoche mi jerba Dana sólo podrían hacerlo gatos, perros y humanos.
Tras abrirle la puerta de la jaula para que estirase un poco las patas alrededor de su casa y por encima de la de sus vecinos Janis y Rigodón, me tumbé en el sofá. Al cabo de un rato, cuando me estaba atrapando la vigilia, aprecié por el rabillo del ojo cómo una sombra pasaba veloz bajo la mesa. Inmediatamente supe de qué se trataba:
—Será cabrona...
Así que me levanté, cerré la puerta del salón y me dispuse a coger a Dana para encerrarla en su jaula. Coger a un jerbo en un salón es complicado. Hay sofá, sillones, mesas, sillas, muebles, libros apilados... Demasiados lugares bajo los que puede esconderse y entre los que puede correr. Tras meterse bajo el sofá, se asoma enseguida y observa con un sigilo propio del silencio. Me ve y se esconde, y sale corriendo para que intente cogerla, pero este intento puede prolongarse durante más tiempo del aceptable. Ya era bastante tarde y llovía cansancio, así que cuando A*** me dijo:
—Cierra la puerta y luego la coges, cuando se harte de dar vueltas.
Tras vacilar un poco, cerré la puerta y volví al sofá, donde me tumbé, no sin antes pensar:
—Joder, cogerla luego cuando me vaya a ir al sobre va a ser una putada, porque voy a ir medio zombi, pero ahora tampoco tengo ninguna gana de intentarlo, así que..., si pongo este cojín así —mientras ponía el cojín en el suelo, pegado al sofá— igual cuando se canse trepa por él y se sube al sofá.
Así se quedó la cosa. Tumbado en el sofá, me secuestró de nuevo la vigilia, que se quedó conmigo no sé cuánto tiempo, pero un buen rato —hora y media, quizá dos—, al cabo del cual noté cómo pasaba por encima de mí la fabulosa y magnífica jerba Dana, que aburrida de merodear por el suelo del salón sin que la persiguiese, cansada de que no jugase con ella, trepó al sofá creyendo ser gato, perro o humano.
2 comentarios:
Jajaaja! no sé sí tu jerba piensa como tú o tú como ella. XDDDD.
mem.
XDDDD Preferiría que ella pensase como yo, porque si la cosa fuera que yo pienso como ella... No, no puede ser, porque entonces dedicaría las horas y los siglos a dormir, roer, comer, correr, olisquear, roer y roer y seguir royendo y rorroyendo...
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