De umbroso lumine (teorías)
Sucedió que brotó, en medio de un lugar incógnito sito en un plano dimensional más allá de todo eje de localización astral o afísica, el Bosque Ensombrecido, donde dos seres, Tú y Yo, poseen de un modo absoluto un alma única e indivisible, susceptible sólo por Él de ser palpada, vista, oída, degustada y olida con los incontables sentidos de Ella.
A conocimiento de los científicos más científicos de todas las galaxias cósmicas llegó este acontecimiento inaudito e inenarrable, por lo cual dejaremos la narración para otro tiempo, que será, entonces, futuro, por ser vana la empresa de proceder a contar un suceso indefinible e indescriptible en tan pocas páginas como las que hay esparcidas en este planeta en el que ahora nos encontramos empuñando un bolígrafo cuya tinta a punto está de expirar, mas no importa, pues este relato irrelatable concluirá antes de que se agote la sangre de este escalpelo con que desangro el papel sobre el que lloro, con la consiguiente mezcla de “sal, sangre y agua”... [pausa].
Como parece que no salen ni el hache dos o ni el crúor, prosigamos con nuestro asunto. ¿Por dónde íbamos? Ah, sí, por los bolígrafos. Que como no habría tampoco suficiente tinta en el cosmos para trazar en líneas generales esta historia, procederemos a un resumen inconmensurablemente mínimo del motivo que movió a los científicos más científicos a adentrarse por unos milenios entre los espesos y estridentes chirridos agónicos de las chotacabras para investigar en el lugar de que tratamos: la umbrosa luz que umbríamente iluminaba el Bosque Ensombrecido, desde las más altas ramas de los más altos árboles que se clavan en los ojos de las estrellas más lejanas provocando su eiulatus imnterruptus perpetuus, hasta los más bajos dedos de las más profundas raíces que se adentran en las más remotas entrañas del suelo cubierto de un manto de hojas secas que se arrastra lentamente con movimiento serpenteante.
Tal fue, y no otra, la causa de la universal movilización científica. Durante unas horas, el Bosque Ensombrecido en toda su extensión accesible fue objeto de análisis científico. Las conclusiones fueron algo menos de tres trillones. Exponemos brevísimamente las más posibles (descartamos algo menos de trece billones de hipótesis por su calidad inconsistente, pues se basaban en posibilidades posibles, lo cual quedará descartado de antemano y sin que sirva de base para reclamaciones, por haber transcurrido el plazo de las quejas dentro de tres centurias y veintisiete lustros). Al grano:
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