La frase
D.- Te puedes tatuar todo lo que quieras, pero lo que no puedes es tatuarte la cara de una tía...
La historia de siempre
O.- Tomamos algo en el Togo, papeo y unas cervezas y ya está que mañana tengo que madrugar, así que a las once y media o las doce me voy a mi casa. Bueno, si acaso me tomo una. [...]
P.- No, yo una y ya está que mañana tengo un examen y no puedo [...]
D.- Bueno, a mí me da igual, una o dos, mañana no tengo nada.
[...]
En El albergue:
O.- Venga, vamos a tomarnos otra y ya está.
P.- Bueno, pero sólo una más, que yo tengo el examen...
D.- Nada, pues pido otra ronda en cuanto me acabe ésta.
[...]
En El café del sol, después de cuatro copas, a las tres de la mañana:
O., al camarero.- Perdona, ¿sabes si el B12 está abierto?
El camarero.- No, está cerrado hasta septiembre (...)
O.- Si nos pedimos otra más... ¿molestamos?
Total, que ya estaban cerrando y aunque no nos dijo que no, vimos que no era plan, así que nos invitó a un José Cuervo y nos fuimos a otro sitio, donde cayó la última, aunque P., como tenía el examen, no se la tomó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario