Las teorías restantes no las reproducimos porque carecen de todo interés científico y sus conclusiones no son más que divagaciones fruto de la imaginación de ciertos especímenes de científicos, carentes de todo tipo de reconocimiento a nivel siquiera planetario, que pretenden únicamente llamar la atención con hipótesis que entran de lleno en el terreno de lo absolutamente posible, lo cual nos obliga, sin más, a desecharlas.
Para concluir señalaremos, a modo de homenaje a los que hicieron posible la elaboración de este artículo, que todos aquellos que entraron alguna vez en su interior abandonaron pronto la existencia y de sus restos no nos queda más que el recuerdo de un silencio, pues en el Bosque Ensombrecido sólo pueden existir Ellos, Sus Sombras, el agónico chirrido de las chotacabras y la umbrosa luz que, naciendo en las lagunas de Su Espíritu, todo lo anega, como lluvia que la tierra funde con la piedra en procesión perenne de cálidos alientos que envuelven Sus sacrílegas miradas...
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