Ayer por la mañana leí en un periódico gratuito que a las ocho de la tarde había una manifestación contra la censura (ya saben de qué hablo: de cómo el PP de Murcia censuró, prohibió la actuación de Leo Bassi programada en el Festival AlterArte), así que a las ocho me planté allí, en Santo Domingo. Me dieron una pegatina, pillé una máscara blanca con la boca tapada y, como siempre estoy en el sitio adecuado en el momento preciso, cuando me quise dar cuenta me encontré sentado en el suelo con la máscara puesta, rodeado por un montón de gente vestida de color oscuro con sus máscaras blancas de protesta.
Fue entonces cuando pensé que, más que en una manifestación, estábamos en un entierro: los tipos con las máscaras éramos los restos de un accidente que se había cobrado la vida de la libertad de expresión. He ahí la víctima. El asesino, en cambio, no estaba allí, pero todos sabemos quién es: el de la boca negra y las manos sucias y la mentira presta. He ahí el tirano.
Porque, pensé, la censura es propia de estados dictatoriales, de estados fascistas, de autocracias que se retroalimentan de sí mismas, de la más pura endogamia política. Es propia de tiempos pasados en los que el poder omnímodo lo tenía el dictador en su puño tirano.
Sin embargo, en pleno siglo XXI y en una ciudad de un estado social, democrático y de derecho, practican la censura unos políticos pletóricos de perras para perpetuar su partido en el poder: el político imperante pretende imponer su pensamiento pestilente y que el pueblo se pudra entre patrañas.
4 comentarios:
Me remito a lo expuesto por JAM Albarracín (nada sospechoso de connivencia ideológica con el Gobierno regional) en su columna de ayer en La Verdad, titulada acertadamente "Disparen sobre el consejero":
"No voy a ir a la concentración contra la censura de esta noche y me duele. Me jode porque estoy absoluta, radical y concluyentemente en contra de la censura. Pero aun así no voy a ir, porque con igual intensidad estoy en contra de la manipulación, del oportunismo y de la hipocresía. Y detecto altos grados en esta convocatoria.
Que Pedro Alberto Cruz ha modernizado la política cultural en la Región de Murcia es un hecho contrastado. Donde antes teníamos La Charanga del Tío Honorio, hoy encontramos música de vanguardia y arte contemporáneo. ¿Es esto bueno para Murcia? Sí, y mucho, aunque en su propio partido no todos estén de acuerdo. Pero Cruz ha sabido entender que la cultura ha de arrimarse al ocio para hacerse competitiva y funcional y de paso poner a nuestra Región en una zona noble de la que hasta hace poco estaba alejada.
Cruz es conocedor, decidido y brillante, lo que le vale filias y fobias, algunas notoriamente personales. Aún no está tocado por el lamentable nadar y guardar la ropa, que es el primer mandamiento del político actual. Ha llegado al cargo no para especular, sino para actuar. Pero Pedro A. Cruz, por fortuna, también es audaz. Y ya sabemos que la audacia nos vuelve vulnerables y por ahí le han venido las tortas. Me explico.
Cualquier observador político o cultural sabe perfectamente lo que ha ocurrido en el affair Bassi. No ha sido el consejero -que incluso llegó a barajar la opción de dimitir, lo que hubiera sido una lástima- quien ha censurado, sino el núcleo duro del PP, algunos de cuyos miembros no entienden esta política cultural moderna que hasta osa financiar la crítica. A Pedro Alberto, el cargo obliga, le ha tocado poner la mejilla.
Esto lo sabe la oposición, lo saben los artistas y lo saben las organizaciones convocantes; a quienes, por cierto, se les oyó poco o nada cuando se eliminaron un par de espectáculos del festival Punto Aparte, uno de ellos crítico con la IHT (Iglesia Hemos Topado). Apenas se les escuchó cuando se prohibió el concierto de Manu Chao con Fermín Muguruza, cuando se ha imposibilitado tocar a Soziedad Alkohólika o cuando el pasado verano se censuró en Puerto Lumbreras a los italianos Banda Bassoti. Ni siquiera cuando a los alhameños Malatesta's se les intentó eliminar de un festival en su pueblo por sacar días antes unas pancartas en contra de Polaris ¿No era igual de válida entonces la libertad de expresión? ¿O no era rentable ante los fantasmas de la Iglesia, ETA y los poderes fácticos?
La censura, desgraciadamente, no es algo nuevo ni en nuestra sociedad ni desde luego en nuestra Región. Pero ahora pinta favorable para obtener rentabilidad. ¿Rentabilidad cultural, personal o política? ¿Eso es, carguemos contra Cruz! ¿Hagamos algo por nuestra Región! ¿Movámosle la silla a ver si, con suerte, lo largan y volvemos a la política cultural del normaduvalismo!
No voy a ir a la concentración de esta noche. Y me duele."
Lo que no admite discusión es que, desde hace ya un tiempo, en Murcia se viene utilizando el sector público cual empresa privada, con evidente menosprecio hacia lo que debería mover, siempre y en exclusiva, a quienes lo manejan: el interés general.
Ciertamente, no tiene mucho sentido que alguien contrate a un artista para luego, varios meses después, prescindir de él. Por tanto -y trocando por otro más directo el sentido retórico usado por el señor Jam Albarracín-: ¡carguemos contra quien de verdad se lo merece!
Saludos
www.lacoctelera.com/divagando
--Yo, personalmente, no conozco al Consejero: no sé cuál es su culpa, pero sí sé que tiene una RESPONSABILIDAD. Si entendemos que la responsabilidad la tiene con su partido -y concretamente con la persona que lo puso en el cargo-, ha hecho bien; si entendemos que esa responsabilidad es para con los ciudadanos, no lo ha hecho tan bien.
Sin embargo, el cargo no obliga a nadie. Nadie está en su cargo a la fuerza. Quedarse sentado o levantarse, permanecer o dimitir, es un acto de responsabilidad y de compromiso: uno se queda sentado o se levanta en función de con quién entienda que tiene la responsabilidad y el compromiso.
Por otro lado, toda manifestación tiene un insoslayable componente político y, en consecuencia, manipulador. La de marras era en defensa de la libertad de expresión artística, con la peculiaridad de que ese arte en concreto entra de lleno en la raíz de lo que de un tiempo a esta parte se está convirtiendo en el cimiento de la polis: corrupción política y urbanística. Manifestación, por tanto, doblemente política.
Por último, y en cualquier caso, la manifestación no iba contra el Consejero, sino en defensa de la libre expresión: en contra, esto sí, de la censura. Yo no sabía exactamente la línea argumental defendida por los convocantes, pero se leyó un manifiesto en el que se decía, literalmente, "Nelo Vilar y Carolina Boluda no son los artífices de ninguna trama que conspira en contra del Consejero D. Pedro Alberto Cruz" (Manifiesto.
En fin, al tal Albarracín tampoco lo conozco (ya se ve mi ignorancia), pero la estructura circular de su artículo no deja de envolver, como en papel de regalo, una defensa del Consejero, quien no sé si tendrá culpa, pero sí tiene, precisamente por el cargo que ostenta, una responsabilidad irrenunciable (es que yo también soy de estructuras circulares, XDDD).
--El interés general ha sufrido una resemantización. Ahora por interés general se entiende "el beneficio que conviene a los políticos y a sus familiares y amigos en general".
Salud y responsabilidad.
FrinKlin
Vamos a ver: El festival Alter-arte es un festival de teatro y otras artes alternativas. Se supone que uno debería de presenciar algo diferente a lo que se programa normalmente en el Romea, Auditorio o en las Claras por poner algunos ejemplos. A quien no le guste la programación del ALTER-ARTE, basta con que no asista porque NO ES OBLIGATORIO IR. Así que no endiento porque hay personas a las que les molesta que se programen ciertas actividades con dinero público que no son de su gusto. Por ejemplo, a mí no me gustan los Moros y Cristianos y también me tengo que joder porque están subvencionados con dinero público, pero me basta con no ir y punto redondo. Bueno y ahora pasando al asunto relacionado con la cancelación de la actuación del sr. Leo Bassi. Francamente, yo no tengo nada contra el consejero ya que durante esta última temporada se han organizado algunas cosas muy interesantes y he acudido a todas las que me ha sido posible ir, y además han sido gratis. Esto no quita que se digan las cosas como son y para que nos vamos a engañar, la cancelación de Leo Bassi ha sido una bajada de pantalones del consejero ante su tito Ramón Luis. Como ustedes imaginarán, sino sería ser muy ingenuo, el consejero no va a dimitir por ésto. Primero porque no es ningún delito cambiar una programación por otra, está cobrando una pasta que te cagas y además no va a quedar mal delante de su tita. Así que lo mejor que ha podido hacer Leo Bassi es hacer el espectáculo por su cuenta y riesgo, la dirección del ALTER-ARTE dimitir por principios y el consejero quedarse agarrado al sillón, demostrando qué es lo que más le importa a él. Así que en este asunto creo que cada uno ha mostrado el fiel reflejo de lo que es.
http://www.laverdad.es/murcia/20081001/cultura/bassi-murcia-miedo-recordado-20081001.html
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