No hay más opción que asumir las estrellas.
Podemos ponernos unas alas
de terciopelo cósmico,
ascender universo, tocarlas
y que nos arda de amor el alma,
pero todo será metáfora,
como las mariposas de la barriga.
La próxima vez que te aleteen,
destrípate
y comprueba si anidan adentro.
Te saldrá sangre y quizá bilis,
y trozos de tripas e intestinos,
pero todo será realidad,
como el dolor que te atenace.
Asumamos las estrellas,
y evitemos la ceguera que impone
lo que impera desde arriba.
4 comentarios:
las estrellas son nuestras... y de nadie mas!
Y, además, hay una estrella para cada uno, así que cada uno se estrella a su manera. Asumidas las estrellas, estrellarse o no es una cuestión personal e intransferible, aunque hay quien, por la ceguera que le impone la luz de las estrellas, prefiere achacar el estrellato o el estrellamiento a engranajes luminosos, etéreos. Aceptemos, pues, el engranaje mecánico, físico...
tan visceral, dioss!!
bueno,
saludos desde la luz..
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