02 julio 2006

Masacre mental

La muchedumbre murmuraba como una manada de murciélagos; yo mesaba mis melenas y miraba mi mano, ensimismado, mientras maquinaba una masacre mental que luego comentaré; un muchacho macilento mantenía su mirada inmóvil en la madriguera de las musas; el menda manchaba la mesa -su manía-; mengano se mentalizaba: una hora más y a manducar, una hora más y a manducar...; la maestra musitaba: si el poseedor inmediato intervierte su posesión, el poseedor mediato pierde la suya si no la pilla mediante un interdicto; mi memoria se mecía: si no le muerdo, emigra a la mesana, minora sin mesura y se amodorra.

Fue cuando mordí que una masa de imágenes, una mezcolanza inimaginable, se amotinó en mi mente; las maceré y mirad la malgama de emes que se metió en mi mazmorra (he aquí la masacre de marras):

Multitudes mediatizadas por la mass media y mediante otros medios de manipulación que mentan medias verdades y mencionan mentiras mientras mascan miasmas; muchedumbres medidas por su moneda, por el miedo movidas a la mecanización de sus movimientos mientras mejoran su maquillaje y murmuran mandangas; marionetas marcadas con máculas macadas, con mentes majadas por míseras momias en melifluas misas y mítines multitudinarios -más mentiras: ¿no te tronzan tantas trónicas?-; microbios mensurados a millones, mayores miniaturas mimadas de miércoles a martes y de mayo a marzo (en abril -mares a miles- nos mojamos); militares amaestrados para matar que migran tras menstruar muerte por sus armas; manojos de mejunjes metalizados por mendas mendaces que le echan mucho mentón y más mejilla; menesteres mangados por los mezquinos mentores del mundo, menoscabando el mérito de los mozos que los merecen; mordazas y mortajas que se multiplican como las morcillas que manan de los marranos en las matanzas merced al montaje monocular y al megalítico monopolio del monosílabo; mediocres médicos mágicos que muestran medicamentos maravillosos para el alma y el más allá; mojigatas mascotas mundiales -amantes de las martingalas- que mugen mejoras en el menaje mundano como si mentasen milagros de misericordiosos ministros; mustias madres mueren de morriña al ver a sus hijos morir de hambre y los mencionados ministros mercan armamento, malgastando miles de millones de monedas, de modo desmesurado, mientras merma la merienda de los moribundos que amortaja la muerte.

( 1998)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ke mareo...

ed.expunctor dijo...

Maravilloso.Mirífico.Mágico.Majestuoso.
Magnífico como siempre.
Un beso
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