Un 10 de noviembre nació Martín Lutero, el de la movida con el papa, y un 10 de noviembre nació José Hernández, el de la vida en la pampa; Lutero en 1483; José Hernández en 1834. Nótese que los años de nacimiento tienen exactamente los mismos números: el 1, fijo, en primera posición, ocupando el lugar de los millares; después están ‘483’, para Lutero, y ‘834’, para Hernández, y si rotamos los números vemos que están exactamente en el mismo orden:
483 --> 348 --> 834
834 -- > 483 --> 348
Al margen del juego numérico, no se puede pasar por alto el hecho de que José Hernández le pusiese a su obra más conocida el nombre de Lutero, y cuando digo el nombre digo el nombre: Martín, porque José Hernández fue el tipo que escribió Martín Fierro.
Murieron igual. Martín Lutero por un ataque cardiaco y José Hernández -que se apropió del nombre de Lutero para dárselo a su personaje, que inmortalizó al gaucho argentino- de lo mismo.
Pero Lutero vivió 11 años más que José Hernández. 11: son los dos unos, los fijos en sus años de nacimiento.
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