A pesar de su enfado y de sus fundas,
a pesar de sus riñas y riñones,
a pesar de sus miedos infundados,
a pesar de sus más repeticiones;
aun contando su dedo amenazante,
su insistencia manando a borbotones,
su entrega tan completa en la disputa,
sus ojos saltarines y gruñones;
a pesar de su labia incontenible
atacando mis mil postergaciones
y su tenaz empeño en poner fin
a mis siempre frecuentes dilaciones,
sus palabras contienen tanto oxígeno
que las voy a inyectar en mis pulmones.
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