«[...] Hoy, la invención del método científico es, seguro que estamos todos de acuerdo, la idea intelectual más poderosa, el sistema más poderoso para pensar, investigar, comprender y desafiar al mundo que nos rodea, y descansa sobre la premisa de que cualquier idea está para que la ataquen. Si resiste el ataque, entonces vive lo suficiente para luchar durante otro día, y si no resiste el ataque, entonces pasa a la historia. La religión no parece funcionar de esa manera. Tiene ideas verdaderas en su núcleo que llamamos sagradas o santas o lo que sea. Lo que significa es esto: "Ésta es una idea o noción sobre la que no se os permite decir nada malo; simplemente no podéis. ¿Por qué no? - ¡Porque no!". Si alguien vota a un partido con el que usted no comulga, es libre de discutir sobre ello todo lo que quiera; todo el mundo tendrá un argumento pero nadie se sentirá agraviado por ello. Si alguien piensa que los impuestos deben subir o bajar, es usted libre de tener una opinión sobre ello. Sin embargo, por el contrario, si alguien dice: "No debo tocar ningún interruptor de la luz los sábados", usted dice: "Respeto eso".
Lo raro es que, al mismo tiempo que estoy diciendo esto, estoy pensando: "¿Habrá algún judío ortodoxo aquí que se haya ofendido por el hecho de que haya dicho esto?". Pero no he pensado: "Quizá haya alguien de izquierdas o alguien de derechas o alguien que suscriba esta opinión o la otra en economía", cuando estaba diciendo lo anterior. Simplemente pienso: "Bien, tenemos distintas opiniones". Pero en el momento que digo algo que tiene que ver con las creencias (voy a jugarme el cuello y decir irracionales) de alguien, entonces todos nos volvemos terriblemente protectores y defensivos y decimos: "No, no atacamos eso; es una creencia irracional, pero no, la respetamos".
¿Por qué debe ser perfectamente legítimo apoyar al partido Laborista o al partido Conservador, a los Republicanos o a los Demócratas, este modelo de economía o aquél, Macintosh o Windows, pero tener una opinión sobre cómo comenzó el Universo, sobre quién creó el Universo... no, eso es sagrado? ¿Qué significa eso? ¿Por qué lo evitamos por ninguna razón más que porque es a lo que estamos acostumbrados? No existe ninguna otra razón, es una de esas cosas que hemos arrastrado hasta la costumbre, y una vez que se inicia ese ciclo se va haciendo muy, muy poderosa. Estamos acostumbrados a no desafiar las ideas religiosas, ¡pero es muy interesante ver cuánto furor despierta Richard cuando lo hace él! Todo el mundo se vuelve absolutamente desquiciado porque no está permitido decir esas cosas. Pero cuando lo juzgas racionalmente, no hay razón por la que esas ideas no deban ser tan abiertas a debate como cualquier otra, excepto que hemos acordado de alguna manera que no deben serlo.! [...]»
Douglas Adams
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