«Al
caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:
—Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
—Yo no —respondió el otro—. ¿Y usted?
—Yo sí —dijo el primero, y desapareció.»
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—Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
—Yo no —respondió el otro—. ¿Y usted?
—Yo sí —dijo el primero, y desapareció.»
(George Loring Frost: "Un creyente", en Antología de la literatura fantástica, Barcelona, Edhasa, 1997, p. 212)
3 comentarios:
jajajjajaj...fantasmas?
oscurro, oscurro...
Oscurros corredores... :D
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