Assembleia 28M Acampada Lisboa: ¿?

La manifestación de ayer estuvo bien, pero como suponía no fue ninguna sorpresa. A las tres de la tarde apenas había unas cuarenta personas en los Cinemas São Jorge, y poco a poco fue goteando gente, un goteo que preludiaba el goteo que nos iba a caer del cielo. Al cabo de un rato nos juntamos allí unas trescientas o cuatrocientas personas, que encabezados por la pancarta Democracia verdadeira já! y por la banda de música empezamos a andar y a mojarnos, y de qué manera, porque cayó la de dios es cristo, un diluvio en miniatura, y nos calamos, como se dice, hasta el tuétano.

La manifestación empezó con un canto previsible: Fora, fora, fora daqui, a fame, a miseria e o FMI, que se repitió numerosas veces a lo largo de la marcha, y no faltó una pancarta exclusiva sobre el FMI: Fame, Miseria, Injustiça.

Hicimos una parada frente al Consulado de España, donde se leyó el manifiesto en catalán, como homenaje a los indigandos de Barcelona que fueron brutalmente agredidos por la policía autonómica por orden de un político que todavía no se ha suicidado, pero seguro que se suicida dentro de poco, cuando tome consciencia de que ya no es una persona, sino un animal; no, ni animal, porque los animales tienen más dignidad y honestidad. A mí sólo se me ocurre el adjetivo nazi.

En el Consulado no nos dejaron, esta vez, ni siquiera acercanos: había un montón de furgonetas de la policía de intervención por ahí y nos obligaron a quedarnos en el paseo, junto al monumento de la Grande Guerra. Seguimos la marcha hasta llegar a Rossio, le dimos una vuelta a la plaza y fin de fiesta. (Aquí una noticia.)

La asamblea... Cada vez me interesan menos, porque tienen poco interés, sinceramente. He sido optimista a caso hecho un par de veces, pero es que no hay manera. Ya entiendo y acepto que este movimiento no tiene nada que ver con el español de Democracia Real Ya, por más que haya tomado el nombre y el tema de la acampada. No entiendo cómo se pueden dedicar las asambleas a hablar de las revoluciones el mundo árabe, a gritar ¡viva Palestina!, a proponer que se pongan huertos en los colegios y quintas ecológicas en las universidades... No lo entiendo, salvo que considere que estas asambleas se convierten en las reuniones de amigos en las que te pones a hablar y solucionas el mundo en un par de horas. En diez días sólo se ha mencionado una vez la ley electoral: ¡una sola vez! Un chico que salió con un cartel grande donde había representado esquemáticamente su funcionamiento, pero sólo habló tres o cuatro minutos, que aprovechó para proponer lo que ya dije el otro día y no voy a repetir, porque tengo prisa: dentro de un rato vamos a hacer otra revolución.

Sólo una cosa más. El sistema de votaciones en las asambleas que se estableció supone que las propuestas se aprueban por dos tercios. Ayer fue la primera vez que los moderadores contaron las manos alzadas para una de las propuestas que se sometieron a votación. Hubo 20 votos en contra y 58 votos a favor, así que se aprobó la propuesta. Me sorprendió extraordinariamente que no contaran las abstenciones, porque allí había, a esas horas, unas 150 personas, y por tanto hubo 72 abstenciones. Dos tercios de 150 son 100, y sólo hubo 58 votos a favor y se aprobó la propuesta, de modo que se está repitiendo el mecanismo de votación que posibilita y perpetúa esta democracia ficticia en la que vivimos, donde no se tienen en cuenta las abstenciones, por lo que éstas juegan a favor del partido mayoritario. Todo eso sin entrar en una cuestión quizá más importante: la asamblea no aprueba las propuestas por consenso, por unanimidad, o, en su defecto, por una mayoría cualificada de 4/5, puesto que buscamos una democracia verdadera. Consenso. Ayer alguien propuso que las propuestas se aprueben por consenso, pero le replicaron que la asamblea ya había aprobado la votación por dos tercios, como si las decisiones de la asamblea fueran inmutables y perpetuas.

En cualquier caso, las asambleas siguen estando llenas de activistas de partidos como el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista de Portugal, que se las llevan a su terreno y se dedican a sus temas, así que, siendo brutalmente sincero, y poniendo fin a las ilusiones que me hice aquel jueves 19M y que he tratado de mantener hasta ayer, no le veo mucho futuro a estas asambleas como movimiento por una democracia verdadera.

Lee y lucha.

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