Conscientes de la dificultad de llevar a cabo su labor religiosa, las brigadas satánicas salieron el sábado pasado por las calles de las tascas murcianas para propagar su mensaje. Enarbolando una cruz invertida, cantaban himnos satánicos acompañados por unas guitarras y unas armónicas. A su paso por las tascas, repartían folletos en los que reivindicaban el uso del preservativo, el derecho al aborto y al consumo de drogas.
Este último punto casi les causa un conflicto con las autoridades. Unos agentes se dispusieron a ponerles una multa por apología de las drogas, pero el portavoz de las brigadas satánicas alegó que las drogas a las que se referían eran las legales: tabaco y alcohol, a cuyo consumo todos los ciudadanos tienen derecho cumpliendo con el requisito de la mayoría de edad. Efectivamente, en una nota a pie de página incluida en los folletos que repartían, se especificaba la referencia a este tipo de drogas.
Las brigadas satánicas no sólo se limitan a satanizar a los transeúntes, sino que el afán de propagación de su mensaje va más allá. Según nos informó el responsable de las brigadas satánicas, intentaron llevar sus reivindicaciones a las aulas de los institutos, pero su petición fue rechazada alegando ciertos principios morales que no vienen al caso.
Entre los actos realizados en esta campaña, se encuentran visitas a diversos hospitales de la Región, donde los enfermos recibieron a los jóvenes satánicos con confeti y copichuelas de caldo con pelotas. Precisamente por su éxito, uno de los jóvenes afirma que está dispuesto a volver a los hospitales para tratar de concienciar a los enfermos sobre los beneficios de los cuidados paliativos, del uso del preservativo y del consumo responsable de drogas.
No podemos cerrar este artículo sin hacer referencia a la suerte que acompañó a este grupo de jóvenes satánicos en su salida por Murcia el sábado pasado, ya que las brigadas católicas eligieron ese mismo día para salir por las tascas a propagar su mensaje radicalmente opuesto al de las brigadas satánicas. Quién sabe. Quizá unos se habrían puesto a invocar a Satán mientras los otros habrían contraatacado con el vade retro.