Yace la gris ceniza helada junto
a la loza azul de la urna rota,
y en el nicho descansa con ignota
paciencia, esperando que a su asunto
legislador divino ponga punto
firmando la sentencia que a cota
suprema la devuelva, como nota
que el triste Orfeo llora, cual trasunto
de Afrodita que al mundo es devuelto
en figura de arena que mi arteria
primigenia colapsa con mirada
de dunas sempiternas, y envuelto
en su canto de fuego quedo, feria
de incendio o de explosión resucitada.
2 comentarios:
Paseando llegué aquí. He de decir un blog muy interesante.
Un saludo desde València.
No digas muy alto que paseando has llegado a un burdel, porque casi nadie se lo va a creer y te van a mirar de una forma extraña...
Salud!
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