La vista se nubla.
La fuerza se extingue.
El cuerpo agoniza.
Quizá sea la muerte,
que viene a llevarnos.
La mente confunde
sencillos conceptos.
El tiempo, el espacio,
no tienen sentido.
Apenas un eco
se escucha a lo lejos.
Parece el latido
de dos corazones
que penden del filo
de un blanco barranco.
Deciden soltarse
y caen al vacío.
Los raptan las bocas
de un remolino
y son arrojados
con furia hacia el fondo
del gran precipicio.
Quizá sea la muerte
que viene a llevarlos.
¿La muerte?
Mentira.
Es sólo un orgasmo.
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