Una cortina, que en apariencia tiene una superficie uniforme, homogénea, nos ofrece las más diversas texturas si la observamos desde distintas perspectivas. Imperceptible para el ojo humano, la cámara fotográfica, sin embargo, es capaz de captar una multiplicidad inaudita de matices con el simple hecho de variar la distancia del objetivo y el ángulo de incidencia de la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario