10 septiembre 2009

Complicaciones

Se levantó después de estar media hora esperando que sonase el despertador, se ató los cordones de los zapatos, se puso los zapatos, abotonó la camisa, se puso la camisa, abrochó los botones del pantalón, se lo embutió con alguna dificultad, masticó dentífrico, se restregó los dientes con el cepillo de dientes, se enjuagó la boca y se quitó, con unas pinzas de depilar, las legañas. Fue, antes de desayunar, a la gasolinera, y volvió al garaje de su casa con la boca llena de gasolina, abrió el depósito y escupió adentro. Repitió la operación cuarenta y siete veces, hasta que por fin, a las siete en punto de la mañana, pudo irse a trabajar. Menudo día le esperaba. Otra vez.

Se complicaba la vida de una manera...

3 comentarios:

Matías Brasca dijo...

Jojojo, fabuloso!!!

Thedarksunrise dijo...

El insomnio nos hace peores personas. Besis!!

Sophie dijo...

Thedarksunrise tiene mucha mucha razón...

El complicado se diferencia de mi en una cosa: no tengo coche...

un saludo!