El microerotismo volcánico-lingüístico es aquella parcelita del erotismo donde concurren simultáneamente el fuego /...la lava/ y la lengua /el susurro.../, en proporciones tan minúsculas pero con tanta concentración e intensidad que no hay voces articuladas, sino suspiros intrascendentes, instintivos, reflejos, pues la lengua no puede a la vez hablar y besar, ni hay explosión, sino crecimiento, aumento, progresión, pues siendo fuego, la lengua no puede ser palabra.
Sólo conforme crece el suspiro, cuando el fuego empieza a extenderse desde la punta de la lengua —desde donde brotan los susurros primeros y las primeras chispas— y a convertir los cuerpos en vivas e inquietas incandescencias, vamos abandonando los límites del microerotismo volcánico-lingüístico y nos adentramos en los confines del macroerotismo panóptico-confuso.
2 comentarios:
Ains, un poco más y me suena erótico xDDD
No puede sonar erótico. Si acaso microerótico...
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