Recientemente han robado 800 euros de dos iglesias de Abanilla. ¡Ay, qué pena más grande! ¿Cómo puede ningún desalmado robarle a Dios? Quien dice un desalmado dice cualquiera, pues, como sabemos, el alma no existe. ¡No tenemos alma, señores! ¡Somos pura materia! Aunque podemos ser benévolos, condescendientes aún, con todos ustedes y conceder: “el alma está en el cerebro”, “el alma es el cerebro”, tu cuerpo es tu alma.
Así que a Dios ni le va ni le viene que roben en una iglesia o en una chabola. porque no existe. No hay Dios, como decía Jean Meslier -¡el cura ateo!- allá por 1700. A Dios le puede importar de la misma manera y en el mismo grado en que le puede importa a los Pitufos que la Iglesia haya sometido durante dos milenios a gran parte de la humanidad con sus cuentos y leyendas elevados a la categoría de la realidad. ¡Puras ficciones erigidas en verdades inmutables y eternas, incuestionables y evidentes! Gracias a Platón, a sus dicotomías (el mundo de las ideas y verdadero, frente al mundo sensible y falso) y a sus manipulaciones del pensamiento de su época (¡sus diálogos son infantiles!), a los estoicos, a la filosofía oriental, a la rabia y el odio de Pablo y Constantino, y a tantos otros mitos y fábulas precristianas, vivimos como vivimos.
¡El cristianismo es un sincretismo! ¿Dónde está la religión verdadera? ¡Si toda religión es un simple cúmulo de cuentos y mitos, incoherentes, inconexos! Aunque en los concilios se esfuercen por darles coherencia a sus discursos mágicos, son tan ciegos los pretendidos autorrepresentantes de Dios en la tierra que no lo consiguen: la Biblia, el Corán… ¡Los grandes libros, los libros sagrados, dictados por Dios mismo (¡Toma, toma, toma!: ¡el mismo Dios haciendo un dictado! ¡Un Dios dictador!), legitiman tanto poner la otra mejilla (esto sólo para el pueblo, claro) como torturar y exterminar a miles de personas (y esto de mano de los poderosos y mandamases de la Iglesia aliados con el poder político)!
Todo esto iba por los ladrones de la iglesia. ¡Los ladrones de la iglesia!
2 comentarios:
Pero es que la culpa la tiene la idea del "papeles para todos", según el Deán de la Catedral de Murcia.
Acabo de leer lo del deán aquí.
Así deja bien claro en qué medida ama al prójimo sobre todas las cosas. Es evidente que este tipo es de los que no pondrían la otra mejilla.
Saludos.
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