“-He oído decir que el peso de los huesos aumenta media libra todos los años -contestó el otro asiéndole por los pies.” (A. D.)
“-Los agentes del demonio pueden ser de carne y hueso, ¿no es cierto? Hay dos cuestiones que aclarar antes de nada. La primera es si se ha cometido algún delito; la segunda, ¿qué delito y cómo? Por supuesto, si la teoría del doctor Mortimer fuese correcta y tuviéramos que vérnoslas con fuerzas que desbordan las leyes ordinarias de la naturaleza, nuestra investigación moriría antes de empezar.” (A. C. D.)
“-No. Era más físico que mental. Era como si en cada inhalación respirara alguna emanación mortífera, que parecía penetrar en cada nervio, hueso y tendón de mi cuerpo. Me sentí tironeado de pies a cabeza, mis ojos comenzaron a oscurecerse, fue como la entrada a la muerte.” (A. M.)
“¡Ay!, que ya siento en mi cuidoso pecho / labrarme poco a poco un vivo fuego / y desde allí con movimiento blando / ir por venas y huesos penetrando.” (A. E. Z.)
“¡La Bastilla es horrible! Nada más pensar en ella se me pone la carne de gallina. Me han amenazado con la tortura. ¿Sabéis vos lo que es la tortura? ¡Cuñas de madera que os meten entre las piernas hasta que los huesos estallan!” (A. D.)
“¿Quién eres? Que aunque yo aquí / tan poco del mundo sé, / que cuna y sepulcro fue / esta torre para mí; / y aunque desde que nací / -si esto es nacer- sólo advierto / eres rústico desierto / donde miserable vivo, / siendo un esqueleto vivo, / siendo un animado muerte.” (C. B.)
“... cuatro ortigas, un cardo silvestre y alguna hierba que me cubra con su mano de raíces; por último, un tapial que sirva para que no aren en aquel sitio ni revuelvan los huesos.” (G. A. B.)
“A este anuncio, D'Artagnan se sintió temblar hasta la médula de los huesos. El instante que iba a seguir debía, con toda probabilidad, decidir el resto de su vida.” (A. D.)
“Ahora los reyes se hacen muy a menudo vulgares. Sin embargo, como ha repugnado siempre al gobierno despótico que se vean a la luz pública los efectos de la prisión y de la tortura; como hay pocos ejemplos de que una víctima de la inquisición haya podido pasear por el mundo sus huesos triturados y sus sangrientas llagas, así la locura, esta úlcera causada por el fango de los calabozos, se esconde casi siempre cuidadosamente en el sitio en que ha nacido, o si sale de él es para enterrarse en un hospital sombrío, donde el médico no puede distinguir ni al hombre ni al pensamiento entre las informes ruinas que el carcelero le entrega.” (A. D.)
“Allí cae la lluvia / con un son eterno; / allí la combate / el soplo del cierzo. / Del húmedo muro / tendida en el hueco, / ¡acaso de frío / se hielan los huesos...!” (G. A. B.)
“Con cualquier chubasco que durase un poco me quedaba empapado, calado hasta los huesos con los calzoncillos y calcetines mojados. Los carteros regulares llamaban diciendo que estaban enfermos...” (C. B.)
“Daré a los elementos / materia con dolor y sin sosiego, / suspiros a los vientos, / mis lágrimas al mar, mi amor al fuego, / y a las arenas pías, / pálidos huesos y cenizas frías.” (A. M. A.)
“El campo estaba en calma y agostado y las chicharras, con sus sierras, parecían querer limarle los huesos a la tierra; las gentes y las bestias estaban recogidas y el sol, allá en lo alto, como señor de todo, iluminándolo todo, quemándolo todo...” (C. J. C.)
“El redoble hacía tiritar la piel, metía bajo los huesos una especie de dentera. Entré en la casa. Nadie. No había nadie. Nada más que las sombras recostadas contra la pared.” (A. R. B.)
“El Tambor de Amberes pasa largas horas sacando humo de tabaco de un hueso que para eso tiene, añorando los tiempos en que entraba en las ciudades...” (A. C.)
“En la camisa veíanse grandes manchas rojas. La despojé de ella y la puse desnuda sobre mi lecho. ¡Dios mío, más blanco que las sábanas, qué miserable me pareció aquel cuerpecillo, qué descarnado: era sólo piel y huesos!” (B. L.)
“Había en el comedor un reloj de pared que era el Matusalén de los relojes. Su péndulo descubierto parecía no tener otra misión que ahuyentar las moscas, que acudían a posarse en las pesas.” (B. P. G.)
“Hasta en su apariencia es típicamente argentino (algunos lo han creído sudamericano): más bien chico, delgado, fino de huesos, de pelo negro -muy peinado, reluciente-, de mirada sagaz.” (A. B. C.)
“La piel tenía el color de la cera, el vientre estaba profundamente hundido entre los huesos de las caderas, y los pechos, que posiblemente fueron hermosos en vida, caían a cada lado, hacia los brazos inertes y rígidos que se extendían a los costados.” (A. P. R.)
“Las formaciones geológicas del planeta ya observadas son: el Primario, o inferior, que está formado por rocas, huesos de mulas empantanadas, cañerías de gas, herramientas de mineros, viejas estatuas desnarigadas, doblones y antepasados.” (A. B.)
“Lo mismo que le basta una hoja a un botánico para reconocer toda la planta, lo mismo que un solo hueso bastaba a Cuvier para reconstruir todo el animal, así una sola acción característica por parte de un hombre puede permitir llegar al conocimiento exacto de su carácter...” (A. S.)
“Lo que usted ha hecho, sólo puede realizarlo quien ha nacido artista. Usted extrajo de su cajita mágica innumerables imágenes con apariencia humana, pero que no son de carne y hueso, sino que se componen de espíritu, talento y humor.” (A. E.)
“Los escépticos han dudado de que Homero fuese el autor de esa obra, pero el erudito, ingenioso e industrioso doctor Schliemann resolvió para siempre la cuestión al desenterrar los huesos de las ranas muertas.” (A. B.)
“Mario sintió sus ojos húmedos, y la voz le salió también mojada: -No me importa que esa mujer me rasgue con una navaja cada uno de mis huesos.” (A. S.)
“Me dan un plato con fruta y una horquilla, a fin de que proceda, como los demás, a la operación de extraer el hueso. Las señoritas hablan de sus cortejadores; fulano es guapo; mengano lo es también, pero no es simpático; zutano es feo, aunque simpático; perengano no está mal del todo, pero su nariz semeja un dedal, etc.” (A. C.)
“Originariamente era una maza con que el soberano reprendía a su bufón y vetaba las medidas ministeriales, rompiendo los huesos a sus proponentes.” (A. B.)
“Puede ser que las futuras generaciones no logren creer que un hombre como éste se paseó alguna vez por esta tierra en carne y hueso.” (A. E.)
“Pues la Filosofía primitiva parece siempre balbucir, por ser nueva y hallarse en sus comienzos (y al principio), puesto que también Empédocles dice que el hueso existe por la proporción de sus elementos, que es la esencia y la substancia de la cosa.” (A.)
“Pues toda cosa compuesta de muchas cosas diferentes y contrarias, de necesidad ha de perecer por la contienda que las unas llevan con las otras, y vemos que todos los hombres son compuestos de cosas diferentes y contrarias: carne, hueso, calor y frío; colígese que todos los hombres de necesidad han de perecer.” (A.)
“Siempre negro de carbón o cubierto de tierra roja, devoraba la comida de los demás, chillaba sin motivo y ocultaba huesos robados al pie de la fuente.” (A. C.)
“Y como entonces era por noviembre, y el frío era muy grande, y nosotros tales que con poca dificultad nos podían contar los huesos, estábamos hechos propia figura de la muerte.” (A. N. C. V.)
“Su cráneo sonreía dulcemente al fabricante de ataúdes. Jirones de paño verde claro y rojo y de lienzo apolillado colgaban sobre él aquí y allá como sobre una vara, y los huesos de los pies repicaban en unas grandes botas como las manos en los morteros.” (A. P.)
“Tú que mágicamente ablandas los viejos huesos / del borracho tardo atropellado por los caballos...” (C. B.)
6 comentarios:
Bueno, esto sí que es difícil. Aquí están los que he descubierto (o creído descubrir). Seguiré dándole vueltas:
Dumas?
Arthur Conan Doyle
Arthur Miller
Alonso de Ercilla y Zúñiga
Alejandro Dumas
Calderón de la Barca
G. A. Bécquer
A. Dumas
A. Dumas
G. A. Bécquer
Charles Bukowsky
Antonio Mira de Amescua
Camilo José Cela
Arturo Roa Bastos
Alejo Carpentier
Baldomero Lillo
Benito P. Galdós
Adolfo Bioy Casares
Ahora vienen unos cuantos que todavía no he descifrado, y después:
Alejo Carpentier
Aristóteles
Aristóteles
Alejo Carpentier
Alexander Pushkin
Charles Baudelaire
P.D. Quizá algunos sólo sean coincidentes las siglas...
Ya seguiré otro rato y pensaré en mi enigma para ti ;-))
Besos
Bien, casi, casi...
No era Miller, sino Machen...
Y también están:
A. Núñez Cabeza de Vaca
A. Pérez Reverte
A. Bierce
A. Schopenhauer
A. Einstein
A. Skármeta
A. Chejov...
Voy por orden alfabético XDDD
Besos!
Como lo prometido es deuda, aquí te dejo unas pocas citas "en los huesos", un poco más complicadas que las anteriores mías, pero seguro que no para ti...
Algunas sólo son guiños que rápidamente reconocerás, quizá escondan algún mensaje o significado oculto...;-)
Adolescente, perdóname: el que se halla ante tu rostro noble y sagrado es el que ha roto tus huesos y desgarrado tu carne, que cuelga de diferentes lugares de tu cuerpo. ¿Es un delirio de mi razón enferma, un instinto secreto que no depende de mis razonamientos, semejante al del águila que desgarra a su presa, lo que me ha empujado a cometer este crimen, y que, sin embargo, me hace sufrir tanto como a mi víctima? (I.D.)
Los huesos de los muertos/hielo sutil saben espolvorear/sobre las bocas de los que quisieron./¡Y éstas no pueden nunca más besar!/Los huesos de los muertos/en paletadas echan su blancor/sobre la llama intensa de la vida./¡Le matan todo ardor!/Los huesos de los muertos/pueden más que la carne de los vivos./Aun desgajados hacen eslabones/fuertes, donde nos tienen sumisos y cautivos! (G. M.)
El aerodeslizador surcó el espacio a R17 y aún más, dejando a sus ocupantes cerca del Corazón de Oro, que estaba severamente Plantado en la superficie helada como un hueso calcinado, y luego se precipitó en la dirección por donde los había traído, probablemente para ocuparse de importantes asuntos particulares. (D. A.)
Tengo estos huesos hechos a las penas/y a las cavilaciones estas sienes:/pena que vas, cavilación que vienes/como el mar de la playa a las arenas. (M. Z.)
Por su parte el cuerpo de Aulne rozó la pared de piedra, rebotó en la cornisa del entresuelo y vino a dar con sus huesos en el cajón de los desperdicios. Bien podía quedarse allí: los traperos se encargarían de él a la mañana siguiente. (B. V.)
Más allá de mi piel y más adentro/de mis huesos, he amado./Más allá de mi boca y sus palabras,/del nudo de mi sexo atormentado./Yo no voy a morir de enfermedad/ni de vejez, de angustia o de cansancio./Voy a morir de amor, voy a entregarme/al más hondo regazo. (R. C.)
Entonces, el sendero peligroso fue plantando de árboles y/un río y una fuente/brotaron en cada roca y tumba/y sobre los huesos blanqueados/brotó la roja arcilla.
(W.B.)
Al punto una ventanilla/de un pobre casuco abren;/y, de tendones y, huesos,
sin jugo, como sin carne,/Una mano y brazo asoman,/que sostienen por el aire
un candil, cuyos destellos/dan luz súbita a la calle. (D.R.)
La ropa, más duradera que la carne, cubría a menudo los huesos o las pieles resecas, como curtidas, con sus harapos deslucidos por la intemperie, y en muchas falanges o sobre los esternones relucían aún anillos y collares. (M.P.)
[…]pero sobreviene el silencio,/sangrándome los huesos,/haciendo de mis fosas nasales/un amasijo de grasientos y crepitantes miedos;/escombros de pimienta que hacen lagrimear estos ojos que brillan locos de vacío, de respuestas,/hastiados de demandar tu presencia incesante,/de no tenerte en la cunita del siempre,/hastiadísimas las manos que hablan de despedidas,/cuyas yemas son dibujos del viento,/huellas escarificadas de deseos que sólo dueñan/el aire que se precipita a llenar el hueco que tú dejas. (I.G.A.)
Pues a ver:
Lautreamont
G.M. ¿?
Douglas Adams
Miguel HernándeZ
Boris Vian
R.C. ¿?
W. Blake
D.R. ¿?
¿Pedrolo?
La última autoría me la reservo para mí...
:D*
La primera es Gabriela Mistral; no es Miguel, aunque barro se llame, sino María Zambrano; la que muere de amor es Rosario Castellanos, el siguiente, el Duque de Rivas y, finalmente, sí, Manuel de Pedrolo.
Sospechaba que no ibas a pensar en mujeres escritoras… ¿Por qué crees que ha sido así? Espero que te haya divertido e iluminado ;-)
Besos
Lo cierto es que a Mistral apenas la he leído, como a Castellanos; ¡la cita esa no es de Zambrano, sino de Miguel!...
BesOs :D*
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