En esta fotografía se puede apreciar de nuevo —y como siempre ante cualquier imagen de lo que consideramos nuestra realidad— la constante presencia e irrupción en el mundo del GTA, que es la realidad efectiva y cierta a cuya imagen y semejanza creó el Hacedor esta existencia, tal y como revelan las sacrosantas imágenes en las que se contiene la verdadera y genuina exposición de los hechos por los que el Diseñador imaginó y, consecuentemente, creó este plano de existencia que sólo es un difuso y endeble reflejo, una simple apariencia, de la verdadera e inefable realidad que nos aguarda después de la muerte, la cual no es sino un mero trámite, un sencillo tránsito para que podamos disfrutar de la auténtica y veraz existencia, pues la nuestra aquí y ahora no es sino vana sombra, efímero espejismo de aquel reino que vendrá y en el que podremos, entonces sí, gozar del éxtasis sempiterno e infinito de actuar sin consecuencias en el verdadero mundo.
[Es que yo cada vez que veo palomas me creo que estoy en el GTA4,
y saco el rifle de mira telescópica...]
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