07 julio 2007

D***

Alcohol y humo en el Café del Sol. Tengo un amigo, D***, cuyo discurso, a pesar de que no fuma tanto como antes, es magnífico, da gusto oírlo hablar, y ya quisieran muchos profesores y catedráticos disponer siquiera de una décima parte de su capacidad oratoria. Su arte es la Historia: más que profesión o ciencia, como él mismo dijo, la Historia es un arte, pero su ambición intelectual no tiene límite. Le hablo de cosas de Literatura poco conocidas y D*** sabe del autor y del libro de los que le hablo:

-Sí, porque una vez me leí tal libro de Fulano y lo mencionaba, así que un día en la Biblioteca pillé el libro y lo ojeé...

Dice que lo ojeó, pero D*** recuerda perfectamente el hilo discursivo y la teoría del autor de marras, y ha leído a otros que refutan la teoría y la superan. Es una fuente andante de información, una base de datos bibliográfica con un Saphire en la mano. Antes de acudir al Catálogo de la Biblioteca es mejor preguntarle a él: lo único malo es que no se acuerda de las signaturas de algún que otro libro, pero te dice la planta y la estantería en la que está, con descripción del color de la cubierta.

Adonde quería llegar es que tipos como éste deberían estar impartiendo clases en la Universidad e investigando, porque en una oposición justa (lo pongo en cursiva porque semejante sintagma es casi un oxímoron) sacarían el primer puesto sin ningún atisbo de duda.

Su único problema es que no ‘descienden de’ ni tienen en sus cuerpos conexiones eléctricas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La cultura hoy por hoy es una rareza, o dos páginas en un semanal, o una en un periódica. Cultura mercantilizada en todo caso. La televisión nos indica por donde van los tiros en esta guerra donde la bandera de la estupidez está en los dos bandos. Quedan bibliotecas como refugios. La putada es que los fines de semana de julio y agosto cierran. Yo también tengo un amigo que ya de pequeñín mientras el resto nos zumbámbamos la badana él se leía los episodios nacionales. Luego al no aprobar una oposición en la que fajó cuatro años se dedicó a otra cosa. El poco conocimiento que hay por ahí se desperdicia y se rinde pleitesía a cualquier gilipollas que alcanza notoriedad solo por salir en la televisión. No importa lo que tenga que decir o lo que "aporte", basta con salir. Es tan absurdo como si se idolatrase a todo aquel que publica un libro o saca un disco, si bien en este caso puede haber algo de proceso creativo. Lo de la oposición justa, podría comentar ciertos casos que han sucedido en La Rioja con apaños varios, pero paso.

Antonio Rentero dijo...

Aunque quede muy poco modesto, en mi caso, casi cada día recibo algún SMS o llamada de algún amigo que se acuerda de mi enciclopédica memoria llena de datos inútiles y me preguntan por los satélites internos jovianos, por el orígen onírico de la tabla periódica de Mendeleiev, qué son los extremófilos, pq un loco rajó con un cuchillo "El paso de la laguna estigia" de Patinir en el Museo del Prado o la diferencia entre "per caso", "caso mai" o "magari"... y lo peor es que mi Facultad era la de Derecho.

Al final uno descubre que haber leído, recordar, tener curiosidad e inquietud y al cabo de los años haber adquirido cierta cultura... pues bueno, pues sólo sirve para que te digan "¿y pq no vas un concurso de la tele?", mientras tú piensas que en realidad, si quisieras sacarle partido económico a todos esos datos inútiles que hay dentro de tus sesos crearías un servicio de información 902.