En el Corán no aparece ni una sola vez la palabra camello: el Corán lo escribió un árabe y, por tanto, los camellos no eran nada extraordinario para él, de modo que no sintió la necesidad de reivindicarlos como parte del paisaje de su tierra. Esto es algo que ya observó Borges en su ensayo “El escritor argentino y la tradición”.
Hoy es un buen día para trasvasar la metáfora de Borges a nuestra realidad cotidiana. Observaremos que hay quienes no tienen la necesidad de proclamarse españoles, porque serlo es en ellos algo natural: nacieron en España y, por tanto, son españoles.
En cambio, muchos otros reivindican su condición de españoles como si les fuese algo ajeno y lejano, como si necesitasen convencer al resto de habitantes de que lo son. Insisten tanto en ello que cualquiera diría que, de haber escrito el Corán, lo habrían llenado de camellos. Los habrían dibujado hasta en las tapas.
1 comentario:
yo no sabría expresarlo mejor.
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