A raíz de aquella historia, no puedo resistirme a construir la siguiente:
«Recientemente se procedió a la prohibición del alcohol en España, en virtud de la Ley Orgánica XY/2007, de 7 de octubre, por la que se prohíbe la fabricación y distribución pública de cualquier tipo de bebida alcohólica en el territorio nacional. Según el articulado de la nueva ley orgánica, que entrará en vigor el día 7 de diciembre del presente año, queda prohibida la distribución y venta de alcohol en cualquier tipo de establecimiento público, si bien se permite, tal como establece el artículo 24.1.a., la fabricación casera para consumo privado entre particulares sin ánimo de lucro, aunque en tales casos la cantidad de alcohol fabricada no podrá superar el litro por persona al mes.
Es evidente el revuelo que entre la población -y, por supuesto, entre los empresarios del sector- ha suscitado la nueva legislación sobre bebidas alcohólicas, y los ciudadanos no terminan de entender cómo, por primera vez en la historia, los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, se han puesto de acuerdo para sacar adelante una ley con tanto calado social.
Sin embargo, desde el Congreso de los Diputados se alega la necesidad perentoria de dicha ley, dado que el consumo de alcohol es responsable, según el Instituto Nacional de Estadística, del 70% de las muertes por cirrosis hepática, del 40% de las muertes de accidentes de tráfico, del 42% de las muertes por pancreatitis aguda, del 60% de los casos de pancreatitis crónica, del 15% de las muertes en accidentes laborales, del 25% de las muertes por suicidio, del 46% de las muertes por homicidio, del 50% de los tumores del tracto digestivo superior (labio, cavidad oral, faringe y laringe) y del 100% de los fallecimientos por intoxicación etílica aguda, psicosis, síndrome de dependencia alcohólica, miocardiopatía, gastritis y polineuritis.
Desde que se dio a conocer la presente ley orgánica, la demanda de alcohol se ha incrementado un 10.000%, y se calcula que las licorerías, supermercados y grandes superficies venden al día en España unos setenta millones de euros en bebidas alcohólicas, dado que los previsores ciudadanos están haciendo en sus casas un acopio de alcohol nunca visto.
En la fotografía, un alambique, instrumento de destilación que había caído en el olvido y que, a partir del año próximo, se venderá en supermercados y grandes superficies».
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