Porque si el Rey muestra públicamente que la actitud del supuesto periodista de la cadena de radio episcopal le repugna, le ofende; si el Rey manifiesta su repulsa por Jiménez Losantos, muchos de los españoles que hasta ahora lo venían siguiendo en sus desvaríos cerebrales empezarán a plantearse hasta qué punto conviene siquiera prestar atención a las pajas mentales y la pretendida ironía y el tono vacilón del tal Federico.
Porque todos esos españoles, antes que a Federico, pero mucho antes y mucho más, prefieren al Rey, que en este país es respetado por el 99.9 % de los ciudadanos: Federico se ha dado cuenta de que ha metido la pata hasta las ingles y le habrá pedido a su amiga Esperanza que interceda por él, para no irse al garete: la esperanza de su supervivencia está en el Rey, al que exigió que abdicase. Evidentemente, luego se tuvo que tragar la lengua, pero por la boca muere el pez.
La esperanza iba a mediar, pero el Rey dijo que de santos nada, que la actitud del personaje radioeclesiástico es, literalmente, intolerable.
2 comentarios:
Como bien has dicho, se a tenido que tragar la lengua, pero siendo quien es... al tragarsela se ha envenenado a sí mismo.
Creo que en este pais, el rey es respetado hasta por los que somos republicanos.
Claro, al menos el rey como persona. En cuanto institución es discutible, y él lo sabe, pero eso de decirle:
-Oye, que te jubiles ya, que renuncies a tu vida y que tu puesto se lo quede tu hijo;
que es es más o menos lo que viene a ser la abdicación de marras, pues no tiene que caer muy bien...
Publicar un comentario