Succióname, súcubo,
viola mi boca con tu vulva,
vulnera mis ojos
con la herejía de tu entrepierna,
inunda mi pecho
con los impíos besos de tus labios
y anuda mis párpados
para que el sueño no me aleje de ti.
Súcubo, tentación de magma
y sexo sacrílego,
quémame más, incinérame
con el ácido blasfemo de tu lengua,
carbonízame, incéndiame
con el tacto profano de tus dedos
hasta que yo sólo sea
orgasmo blanco y hueso calcinado.
1 comentario:
Es muy bueno este poema. ¿Lo has escrito tu?
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