«Es decir, ¿la memoria a largo plazo se estructura neuronalmente de manera distinta de aquella otra, sólo funcional, que sólo dura unos segundos? Según Kandel [premio Nobel de Fisiología y uno de los neurocientíficos más reputados del planeta], son “completamente distintas. Puede que participen las mismas células, pero la memoria a largo plazo difiere de la memoria a corto plazo en varios aspectos importantes. En primer lugar, implica alteraciones en la expresión de los genes. De hecho, al almacenar cosas en la memoria a largo plazo se activan y desactivan genes. Además, el motivo por el que se activan y desactivan es, en último término, porque se generan cambios anatómicos, cambios estructurales en el cerebro”. Esto es algo extraordinario que, posiblemente, explica por qué es tan difícil desarraigar creencias largo tiempo elaboradas.»
(Eduard Punset: Por qué somos como somos, Madrid, Punto de Lectura, 2010, p. 165)
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