Hoy, por pura casualidad, he llegado a un blog que no habré visitado más de dos o tres veces, y que visité porque, en fin, el propietario me dejó un comentario, así que me asomé a curiosear, vi que me había enlazado y pensé:
- Qué raro que me enlace, si no estamos ni de lejos en la misma línea.
Y hoy, por pura casualidad, he visto en otro blog un enlace al suyo y me he vuelto a asomar mientras me decía: “Supongo que ya me habrá desenlazado”. Y efectivamente, no sé cuándo, pero se produjo el desenlace, porque es un poco absurdo tener juntos, por una parte, enlaces que conducen a blogs y a páginas donde se lora* el discurso facilón de la derecha y, por otra parte, tener un enlace que conduce a mi blog.
*Lorar.- Neologismo mío. Verbo cuyo significado dejo al gusto del lector, pero al lector cultivado le diré que no procede del antiguo verbo plorar.
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